- otra forma de comunicación política
- ejemplo del poder legislativo local
La pandemia que sufre el país, nos impone condiciones inéditas, y dado el papel central que tienen que asumir los gobernantes, forzosa y necesariamente se tienen que cambiar los mecanismos de comunicación política, dado que este flagelo está poniendo a prueba nuestro sistema político, las instituciones gubernamentales y la capacidad de respuesta de los hombres que detentan el poder.
La crisis del coronavirus es sanitaria, de enormes consecuencias, y hoy vemos que también es una gran crisis de comunicación. Comunicar lo que está pasando, cómo ha pasado y, sobre todo, cómo hacerlo para cuando todo esto vuelva a la normalidad de crítico.
No se puede liderar, innovar, ni motivar sin una buena comunicación. La mala comunicación es causante de muchos problemas sociales, empresariales y económicos, de cara a la sociedad el gobernador del Estado Toño Echevarría, el diputado presidente Polo Domínguez y el magistrado presidente del TSJ y del CEJ Ismael González, hoy tienen que asumir nuevo roles, o al menos modificar los que tenían para mantener viva y actuante la comunicación con la sociedad.
Es pues imperioso que tienen explorar nuevos registros de empatía, sensibilidad, colaboración y cooperación de las autoridades con los sectores de la sociedad más necesitados; empero, el grueso de la población comparten las condiciones inéditas; y se percibe una sensación de ausencia de emocionalidad profunda.
La gravedad al enfrentar la pandemia, no es apretar la mandíbula, bajar la cabeza o fruncir el ceño. Al juzgar el comportamiento comunicativo de los hombres públicos que deben decidir sobre asuntos tan importantes nos parece, algo precario. Y debemos atender sus causas porque no sería justo hacer un juicio severo sobre nuestros representantes.
Ahora que si se evidencia una distancia emocional en los discursos y relatos, usan las palabras adecuadas, pero no resuenan diferentes. Lo que estamos viviendo será la experiencia vital más relevante para todas las personas.
Desde este espacio entendemos que la comunicación política debe rearmarse moralmente para entender, abrazar y canalizar un estado de ánimo colectivo de alta emocionalidad. Como lo dijo hace unas semanas nuestro amigo el gran semiólogo Antoni Gutiérrez Rubí: «O se entiende el corazón de las personas u otras fuerzas entenderán mejor sus tripas.»
De ahí que sea destacable en el actual escenario, la plataforma de comunicación digital que ha implementado el diputado presidente Polo Domínguez, para apoyos comunitarios, comercialización de mercancías de las pequeñas tiendas y que ha sido replicado por algunos de los integrantes de la XXXII legislatura.
Tiempos inéditos, tiempos de cambio en el quehacer político.
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