Nayarit, como muchas entidades de la república, se debate entre el sincretismo político y la ausencia de ideologías; ya no existe el leit motiv que anime o sustente el acto de gobierno o el discurso político; en Nayarit, no existe, debido al sincretismo y la indefinición ideológica que tuvo la alianza electoral que llevó al gobierno a Toño Echevarría García.
Todo gobierno, estatal o nacional busca tener la “frase ancla” que condense el ánimo y las adhesiones de su militancia y simpatizantes en campaña, y de sus gobernados hechos ya gobierno; la administración de Toño Echevarría no lo tiene, hemos visto en estas semanas de inicio, solo decisiones que también significa ejercicio de autoridad, empero, un poder desplegado no hegemónico.
Jorge Aníbal lo sabe, el discurso político es uno de los principales factores de valoración política, por lo que la apariencia genera, por lo que se dice, y el modo en que se lleva a cabo el acto de gobierno; todo político hecho gobernante intencionalmente o no, proyecta una imagen y un mensaje; el titular del poder ejecutivo, Toño Echevarría García transmite algo con su forma de ser y de actuar.
Tomemos –por ejemplo- la forma y el modo en que resolvió el levantamiento del larguísimo plantón que frente a palacio de gobierno mantenían los irredentos del Sutsem, la lideresa Águeda Galicia logró la estratagema de asumir como un triunfo anticipado con el nuevo gobierno, al firmar la carta de intención de “revisar” el cúmulo de exigencias ancestrales que les han hecho trabajadores de excepción; y la revisión de las nuevas bases y recategorizaciones recientes.
El gobernador, al firmar primero el principio del acuerdo, posibilitó que el evento fuese percibido como un triunfo sindical, el logro político fue magro; era de esperarse de que, la circunstancia se resolviera de otra forma: primero se levantan –por la largueza de la ilegalidad manifiesta- y luego negociamos; el hecho, nos conforma una percepción de que tal cosa, es una gratuidad política de Toño, ante la líder que fue su aliada en el reciente proceso electoral.
De acuerdo, empero, el hecho en sí, no nos dice nada al tratar de encontrar los elementos que construyen el discurso del gobernador en este delicadísimo tema de mantener vigentes los apetitos descomunales de este arcaico sindicalismo.
En este contexto, la vida política de Nayarit se recompone y el PRI que se reencontró con Manuel Cota en la campaña, escisionado del híbrido que estableció el anterior gobernador, aprovecha la oportunidad que le deja el escenario de la vida pública de esta administración; no tiene partido político que le cobije; sus operadores en la política interior se cuentan con los dedos de una sola mano; y el ex candidato del tricolor, ha tomado el control de CDE y de las delegaciones federales en la entidad.
LA CONSTRUCCIÓN DE SU NÉMESIS
Toda enunciación política hace inseparable la construcción de un adversario; Toño Echevarría ya lo tiene, se llama Manuel Cota y su alfil operativo Enrique Díaz, el presidente del partido en la entidad; quien señala que ellos habrán de asumir su responsabilidad, de ser atentos vigilantes del acontecer gubernamental.
Me dice en corto Enrique: “nosotros, queremos que le vaya bien al gobierno de Toño, para que le vaya bien a Nayarit…, solo que estaremos muy atentos para que cumpla sus compromisos de campaña y en el Congreso marcaremos nuestra posición, los diputados del Pri, tienen un compromiso con su militancia.., recordemos que en las pasadas elecciones fuimos el partido más votado..”
El asunto nos impone, como identificar en el gobierno de Toño el motivo central de su gestión pública..? ¿cuál es la idea central que es el motor que los lleva a su objetivo..? “causas” “justicia” “buena administración” “gobierno honesto” estas son las percepciones que se aprecian, sin orden ni control en el discurso gubernamental, y además, la cortedad de sus avisos en su sitio de la red social del FB en la internet.
La esperanza de un buen gobierno va implícito en la costumbre de que los primeros cien días, son la luna de miel con la ciudadanía; es cuando el bono democrático obtenido en el triunfo electoral lo justifica; sin embargo, por el exceso de cautela e ingenuidad en que han caído, el presidente del PRI señala enfático que “mientras aprenden a gobernar..” nuestros diputados tienen que señalar sus cortedades e ineficacias.
El gobierno de Toño Echevarría carece de partido, de ahí que no tenga tradiciones comunicacionales; siendo su origen Acción Nacional, ignoramos si se es miembro activo, o simple simpatizante, de ahí que llame la atención el cómo Toño y sus secretarios van a realizar sus políticas públicas, las que imponen de una u otra manera una intrusión en los intereses políticos que están en la contienda por el aprovechamiento del producto social.
En el Pri, tienen sus intereses particulares, y los personales de Manuel Cota y de Enrique Díaz, y en la interacción con el gobierno, van a sentar las bases para una contienda; en el legislativo, será el diputado Armando Vélez el llamado a ser el actor principal; en el centro del poder político en México, lo es Manuel Cota, y todo el demás territorio, mediático y político, lo tendrá Enrique.
Son nuevos rostros, los que tiene Toño en su gabinete y los que ahora emergen con las siglas del tricolor.
Hemos de ver, los matices primeros de la contienda, propia de este escenario, si la Némesis de Toño se construye y si el novel gobernante y su equipo político, saben y pueden responder ante la confronta.
Hemos de ver…
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