La historia nos cuenta que 1521 Hernán Cortés conquistó el imperio azteca y y Hernando de .Magallanes descubrió el archipiélago de las Filipinas, este portugués a la sazón de 41 años a quién los monarcas españoles le nombraron capitán general de la “Armada para el descubrimiento de la especería” y caballero de la orden de Santiago. Poco tiempo después ambas tierras se convirtieron en bastiones del poderío comercial Español. En las Filipinas, el puerto de Manila era el centro de acopio de las riquezas asiáticas. Sedas, maderas, telas, especias y metales preciosos se embarcaban en los buques a los que se llamó Naos, y zarpaban rumbo a la Nueva España, hacia el puerto de Acapulco.
Una vez en Acapulco, los tesoros se transportaban por tierra hasta Veracruz donde se volvían a embarcar junto con los productos americanos hacia la Habana y finalmente hacia Cádiz en España. Este camino de la seda marítimo y el legado cultural que dejó es imborrable: las peleas de gallos, la talavera, los rebozos de seda y la famosa China poblana son evidencias vivas de la presencia oriental en México.
En lo que hoy es el territorio de Nayarit, en Chacala uno de los puertos más antiguos del Pacífico y Matanchén, se transformaron en astilleros para la construcción de barcos que exploraron el litoral hasta el norte del continente, se llegó hasta lo que hoy es Alaska; San Blas florece como un emporio comercial y es el puerto más importante de la colonia española entre los años 1768 a 1821.
En 1813, desembarca la Nao de China en el puerto de San Blas, toneladas de mercancías novedosas son conocidas y apreciadas por los comerciantes del occidente de la aún colonia hispana; se celebró por esos años, la Feria de Tepic, a la que acuden comerciantes de Guadalajara, Aguascalientes, México y hasta de Xalapa, Veracrúz.
La gran travesía se llevaba a cabo de dos a cuatro veces al año y la feria que se organizaba al arribo de las Naos dio fama y prosperidad al puerto de Acapulco, tanto que fue continuamente asediado por piratas. La aduana de San Blas es cerrada, por eso se fueron las Naos para el puerto guerrerense.
El fuerte de San Diego fue construido precisamente para proteger el arribo de las Naos; ahora convertido en museo, el fuerte muestra orgulloso cómo Acapulco saltó a la fama internacional, mucho antes de ser un desarrollo turístico, como un eslabón importante en un posible camino de la seda alrededor del mundo.
Toda esta reminiscencia histórica viene a cuento, porque sorpresivamente el gobernador Roberto Sandoval, está en Beiging China, promoviendo la entidad como un atractor para las inversiones del gigante asiático que ya tiene enormes enclaves comerciales en varios países de nuestro continente; su presencia no es otra cosa que congruencia con el momento socio económico que vive el país.
Roberto con la modernidad de las relaciones comerciales internacionales, con este viaje se ubica como uno de los políticos mexicanos que tiene plena consciencia de la globalidad de nuestros días, en que se abaten las fronteras y los nacionalismos, conocedor de las bondades de nuestro territorio, de su situación estratégica, está llevando a cabo lo que todo gobierno debió de hacer desde hace lustros, abrir las fronteras a la economía mundial, y seguir el ciclo del dinero.
En China se fragua el desarrollo geopolítico del mundo; por lo pronto ya son dueños de la mitad del poderío financiero gringo, quedarse como político aldeano y rupestre es un soberano contrasentido.
La Nao china con sus aportes, vendrá nuevamente a esta América que ya no es hispana; y en este escenario, el Nayarit de Roberto sin temores ni anacronismos ya puso la marca y el estandarte magnífico de nuestro Estado.
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