- Tiempo de latrocinios en los partidos
- Morena, maniobras estériles y juego sucio
- Miguel Ángel Navarro, el candidato señalado
El escenario político electoral de todo el país, presenta un sinnúmero de ejemplos de que hoy, el quehacer político y sus operadores ha llegado al mayor grado de deterioro que ha sido posible, con el advenimiento de una generación de usufructuarios de los bienes públicos, de los partidos políticos y de las instituciones del Estado mexicano; son el claro ejemplo de que personajes de baja ralea, sin valores ni bienes personales que los destaquen, ocupan hoy indebidamente posiciones de poder.
Con Morena, llegaron con el presidente López, muchos que en su vida no se han distinguido por ser normatipos a seguir, todo lo contrario, personajes que han maniobrado de un partido a otro, que son auténticas rémoras sociales, y que no representan sino la antítesis de los valores sociales que la política debe privilegiar.
Existen excepciones desde luego, hombre y mujeres valiosos en sí mismos, que han tenido una trayectoria de lustros al servicio de las instituciones y de la sociedad, que pese al lodo y la descalificación vacua, salen airosos en lo que hoy se ha convertido este estercolero en los prolegómenos a las precampañas políticas.
Morena no es un partido político, como su nombre lo indica, es un “movimiento” que hecho poder busca serlo, en el sentido tradicional y ortodoxo del término; en este contexto, debemos explicarnos sus problemas, al no tener un claro sentido de pertenencia, el partido es solo un vil instrumento de los intereses particulares o de grupúsculos que sin pudor alguno no se miden para descalificar y atacar al adversario.
No tienen urbanidad política, porque no saben, no conocen el concepto de “militancia” o “disciplina” de partido.
Todos los partidos políticos no tienen procesos democráticos para la nominación de sus candidatos electorales, ni para la elección de sus dirigentes; la Ley que regula su existencia tuvo que dejar de manera clara el aserto legal para que se cumpliera con esa premisa; y al no cumplirlo, los líos y conflictos legales son la constante, el Tribunal electoral del PJF es el sitial en dónde se resuelven este tipo de problemas.
Y ninguno a la fecha se ha despojado de la centralidad de los comités nacionales para imponer métodos (casi siempre el dedazo) a sus candidatos en las entidades federativas, esto hoy lo vemos con el PAN y con Morena.
Cuestión aparte es la recién descubierta fortuna “inexplicable” del magistrado presidente del TEPJF.
Empero, hemos de ser conscientes de la realidad ingente que se muestra en nuestro país, y en la entidad. Nayarit es una entidad pequeña, en donde todo mundo se conoce, y los procesos políticos pueden visualizarse sin subterfugio alguno; pese a que algunos de los advenedizos sin experiencia alguna, se asumen como los privilegiados y merecedores de las próximas candidaturas.
LOS REGISTROS DE MORENA
Hoy, el espectáculo de las precandidaturas lo está dando Morena y sus aspirantes a la candidatura al gobierno del Estado, se inscribieron ¿ocho..? de los cuales en el imaginario colectivo se conocen a tres; Nayar Mayorquín, a quién siempre le he buscado luces intelectuales o mística partidaria, o valores intrínsecos, -que nunca le he encontrado- y todo con buen ánimo, dada la añeja relación que tengo con su padre Élfego, desde que fuimos condiscípulos en la escuela preparatoria.
El tipejo que ahora sabemos que se llama “Manuel Isaac Peraza Segovia” tan advenedizo que en su promocional -después del registro- dijo agradecer “a todos mis amigos nayaritas…” evidenciando su falta de pertenencia en la entidad. De quien sabemos todo lo desastroso que fue su presencia como super delegado de los programas de bienestar, en pleitos pedestres con Nayar.
Ahora busca adhesiones ciudadanas con un membrete que inventaron para mantenerlo presente en el escenario político, pretendiendo darle vuelta a la prohibición de hacer actos de campaña anticipados, con toda la parafernalia del caso; solo a un ladino contumaz se le ocurre tamañas estrategias pre electorales.
Y el más conocido de todos, el doctor Miguel Ángel Navarro Quintero, quien previamente ya recibiera la adhesión del partido verde; con todo el patrimonio político acumulado, su presencia en las primarias de Morena, es la clara resolución desde el comité nacional y del presidente López, que será el ungido candidato a la gubernatura, y que, tiene que pasar el ritual del partido.
Los riesgos de este procedimiento, es el reaccionar estólido de quienes dirigen esta franquicia electoral, que no tienen la percepción clara de una estrategia global, de lo que el régimen y Morena buscan en las próximas elecciones; muchos han echado las campanas a vuelo luego de la derrota del oficialismo en las elecciones estatales pasadas, dónde el PRI revive.
Lo que pocos se han percatado es que, se les dejó libre la postulación a los comités estatales de Coahuila e Hidalgo, agandallaron sus dirigentes y sus alianzas innombrables; porque Morena esperaba arrasar en las elecciones del domingo 19 de octubre, el cálculo no reflejó la condición real del partido en estos estados, donde la competencia local parece ser mucho más complicada de lo que realmente parece, más aún en un proceso de renovación de su dirigencia, que puede dar visos de que el grupo que controla a Morena tiene que ser renovado.
Más aún si la imagen del presidente es el elemento que realmente mueve el voto por Morena, pues el mensaje es claro y el presidente tendrá que intervenir en la campaña de 2021, si es que quiere replicar resultados similares a 2018. Y es pues reiterativo, el respaldo que tiene Miguel Ángel Navarro Quintero del presidente López, ha sido reiterado y expresado en lenguaje verbal y con las reglas no escritas, con todos los simbolismos de la política mexicana.
Y por si alguno de los tartufos que ahí en Morena andan en chinga en contra del pugüeño, tenemos el reciente mensaje de la carilinda diputada Geraldine Ponce quien dijo festiva: “el doctor Miguel Ángel Navarro cuenta con todo mi respaldo en su aspiración a gobernar nuestro estado…” y pues…, como dijera Luis Spota en sus libros, “ésas, ésas son palabras mayores..” viniendo de quien vienen…
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