Ante la avalancha de cientos de candidatos de todo talante, de chile, de dulce y de manteca, en este escenario de multitudinarios candidatos a puestos de elección popular, difícilmente podemos encontrar a uno de ellos que tenga en su persona los atributos para ser un candidato rentable electoralmente hablando; en el PAN hay uno y se llama Javier Hiram Mercado, quien ahora por la vía de la elección directa busca su reelección como diputado al congreso del Estado.
Tiene una sólida formación dentro de las lides de su partido, estuvo metropolizado, cuadro del comité nacional y eficaz asesor de la bancada panista en el Senado de la república, tiene tablas pues; su llegada hace tres años como candidato por la facilona vía de las plurinominales, le generó ciertas actitudes de desconfianza en la nomenclatura del su comité estatal.
Sin embargo, supo entender el timing político que prevalece en el congreso en esta XXXI legislatura y desarrolló un excelente trabajo legislativo, su calidad de Abogado y su pasión justicialista lo llevó a serios enfrentamientos con los enviados del poder ejecutivo y trajo en jaque a los hacedores de leyes en la cámara, con sus proyectos, exigencias y aportaciones a las normas locales.
A su vez, el hijo del odontólogo –mi querido amigo Sebastián- analizando su futuro mediato, se preparó en serio para que, llegado el momento pudiera levantar la mano en el seno de su partido, en pos de la candidatura al Ayuntamiento de Tepic; práctico y sabedor de las formas singulares en que se lleva la democracia interna de Acción Nacional, entendió perfectamente el escenario de la actual alianza con los perredista, y se fue al territorio del séptimo distrito.
Ahí con una variopinta representación de los estratos de la sociedad, está acreditando la experiencia que logró al haber abierto una casa de gestión desde la mitad de su ejercicio como legislador; sabe que, una elección es un proceso de seducción del votante, acreditó que sabe estudiar y escuchar a los que saben en la ciencia del marketing político, sin duda se le quedó grabado el viejo dicho de Quinto Cicerón (el hermano de Marco Tulio) que en el año 64 antes de nuestra era le dijo a éste:
“La mejor manera de ganar votos, es saludando de mano al elector, viéndole a los ojos y llamarlo por su nombre..”
Helo ahí al grandote Abogado, esperemos los resultados en las urnas, ahí debe acreditar la capacidad y el talento de ser un excelente candidato…
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