La obviedad es manifiesta, son dos factores de poder político lo que impulsó al doctor Leopoldo Domínguez, presidente municipal de Tepic, para romper con el esquema policial del mando único que tanto éxito trajo al gobierno de Roberto Sandoval; primero, una discutida autoafirmación como edil de la capital de Nayarit, manda el mensaje de ser contrario político al gobernante, y en su competencia, quiere manejarse solo con esta responsabilidad.
Y segundo, subyace en la primera intención de construir una policía municipal “con rostro humano” las decenas de millones de pesos que le tienen asignado a Tepic el Fondo de seguridad nacional, con el añadido de que el famoso Polo Domínguez, encontró la mesa servida, una vez que los ciento treinta y tantos elementos de la municipal que estaban integrados a la policía estatal, denominada “Nayarit”, ya están capacitados y con el equipamiento de élite, lo que para el Subsemun, ya reúne los requisitos de población y conurbación.
Este es un recurso que el gobierno de la federación remite a los ayuntamientos únicamente cuando se han cumplido tales requisitos; la ventaja con que actúa el edil tepiqueño es evidente y, la respuesta del artífice de esta exitosa policía, el fiscal de hierro Edgar Veytia, ni pudo ser más institucional y plena de urbanidad política, al señalar que el gobierno de Roberto no va abandonar la seguridad de la ciudad capital.
Frente a la impronta de la necedad de Domínguez, se diseñaron varias alternativas, entre las que se han dado a conocer de que la fuerza policial denominada “Nayarit” será un cuerpo de reacción ante emergencias, dejando de lado los rondines de vigilancia en los cuadrantes en que se ha dividido la ciudad; los cuales debemos reconocer fueron los mecanismos importantes que cumplieron la finalidad de ser los disuasores del delincuente que había hecho de las calles su patrimonio.
En el gobierno de Felipe Calderón, surgió la propuesta de creación de un Mando Único de Policía, un modelo policial en las entidades federativas, donde los gobiernos estatales absorbieran las capacidades policíacas de los municipios para integrar un solo cuerpo, con mejor coordinación. De entonces a la fecha 26 estados comenzaron a trabajar en la formación de mando único.
EL CASO NAYARIT
El bien jurídico superior que salvaguarda esta organización policial, es evitar que las policías municipales sean cooptadas, infiltradas por la delincuencia organizada; las debilidades de los policías municipales van desde el presupuesto y su consustancial falta de preparación. A nivel nacional, estos cuerpos de los ayuntamientos acreditaron su fragilidad para ser fácilmente integradas a las filas del narco; los casos paradigmáticos son Michoacán, Guerrero, Tamaulipas.
Enrique Péña Nieto retomó esta herencia de Calderón, el formato de Mando Único Policial, principalmente por las circunstancias de violencia en las diferentes entidades de México, y por considerarlo como una opción para contrarrestar la inseguridad, la reforma constitucional que institucionaliza este formato, para variar está atorada en el congreso federal por la liviandad y estolidez de nuestros legisladores.
La efectividad de este esquema para afrontar el problema de inseguridad en estados sometidos por la guerra contra el narco se ha puesto a prueba exitosamente en Nayarit a la llegada del gobierno de Roberto Sandoval y posteriormente en el estado de Michoacán, donde grupos de civiles tomaron las armas para hacer justicia ante la “incapacidad” de la policía municipal y estatal, como lo argumentaron los denominados grupos de autodefensas. Señala un académico sobre el tema:
“Una policía estatal depende del gobierno estatal, mas no tiene una superioridad jerárquica sobre las policías municipales con las que convive, sino que únicamente puede ejercer funciones de prevención y auxilio en todo el territorio de un estado. El mando único implica la fusión de las policías municipales con la estatal en una sola fuerza que depende directamente del poder ejecutivo de la entidad federativa, lo que las desliga de las autoridades municipales, que muchas veces no cuentan con los recursos para preparar, organizar y mantener sus propias fuerzas policíacas, ni mucho menos su capacitación”.
¿Por qué fue exitoso este esquema en la entidad..? por el talento y los guevos que le puso Edgar Veytia a su cometido, con el mando único impuso una coordinación estatal, acreditando eficiencia, ya que un solo mando permite un mejor control y funcionamiento enfocado primero a erradicar la densidad delincuencial, y posteriormente una excelente labor de prevención y disuasión para la recurrencia delincuencial.
Polo Domínguez, tendrá que acreditar que con esta criticable medida, podrá garantizar exitosamente las funciones de la policía municipal de Tepic; nos urge una modificación de los métodos y técnicas policiacas, así como a la tajante división entre policía preventiva e investigadora a fin de lograr también un adecuado desempeño de las tareas de persecución, prevención e investigación del delito y su erradicación, adoptando estrategias y métodos avanzados y científicos.
Esto último apenas lo están construyendo en la Fiscalía general, con la entrada del nuevo sistema de justicia penal de corte acusatorio; en la parte que le corresponde, ¿podrá Polo con la magnitud del paquete..? vienen las dudas por las erráticas acciones que ha realizado en estos meses de gobierno municipal, graves diferendos para integrar adecuadamente el gabinete, pésimos servicios en agua potable, recolección de basura y mantenimiento de las rúas de la ciudad.
Estos son los riesgos de vivir en la alternancia política en los diversos órdenes de gobierno…
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