Existe un cierto paralelismo en una singular vertiente del ejercicio del poder, que detenta Roberto Sandoval, en un imposible tarea que se ha echado a cuestas, con la que en su momento como gobernador lo hizo de manera infructuosa Antonio Echevarría; vayamos por partes -dijo Jack- al ganar la gubernatura, sin compromisos con una clase política parasitaria, Antonio pudo diseñar sin lastre en contra sus principales líneas de gobierno; entusiasmado como estaba se echó a cuestas una misión imposible.
Quiso en pequeño lapso que es un ejercicio gubernamental, desmantelar toda la estructura administrativa y política que había creado el Pri y sus gobiernos durante décadas; un error de cálculo que a la postre le trajo consecuencias incómodas, se difuminaron las alianzas y perdió el congreso en su segundo trienio; le dije en más de una ocasión a Petronilo Díaz, su excelente asesor, que desde el principio debieron de haber creado su partido estatal con las fuerzas ciudadanas que se generaron en rededor de la alianza triunfadora.
No lo hicieron, y lo que pasó ya es historia.
El actual gobernador náyaro, ganó las primarias con todo el priísmo y sus corrientes en su contra; llega al gobierno sin adversario al frente y no tiene que cubrir cuotas de favores a nadie; esta cómoda condición le permite tener la oportunidad para llegar al ejercicio del poder y dominar a su partido con una facilidad asombrosa, que, sin embargo se fueron por el camino de abrojos; Roberto pretende crear una nueva clase administradora y una nueva generación de políticos que le sean útiles y leales a su persona, sin tomar en cuenta a todas las corrientes de su partido.
Y esta es una tarea inviable; en lo administrativo, su gente ha demostrado ser imperita y algunos con afanes de autoritarismo y la odiada gandallez; de todos los noveles funcionarios se salvan Miguel Ahumada; Luis Antonio Apaseo, Raúl Rodrigo Pérez y Orlando Jiménez; estos tienen una clara concepción del quehacer público, son talentosos e inteligentes, y sobre todo no andan con frivolidades ni insustancialidades.
El fiscal de hierro Edgar Veytia y Gianni Ramírez, son atípicos y singulares, sus casos se cuecen aparte.
Y en el otro escenario, la construcción del espectáculo político está sencillamente para llorar, a siete meses de las definiciones, Roberto al parecer no tiene aún el inventario de los candidatos a presidentes municipales y a diputados locales que requiere para la reproducción del poder desde el poder, ha focalizado sus esfuerzos y recursos en dos de los principales bastiones de su poder, Tepic y BadeBa; y en ambos escenarios la constante es la incertidumbre por la falta de solidez de los pretensos.
LAS TRIBULACIONES DEL PODER
Este gobierno ha sido eficaz en lo jurídico, en lo financiero y en el control de la densidad delincuencial; la fortaleza de su modelo de marketing se ha afianzado en las políticas populares de financiación de satisfactores de todo tipo de la gente de escasos recursos; empero existen espacios delicados con importantes sectores de la sociedad; un gobierno de una u otra manera tiene que involucrarse en todos los escenarios, el ambiente pre electoral de manera permanente, produce demérito político.
Política cultural deficitaria, política interior y coordinación del gabinete, sencillamente ausente, todo funciona por inercia, y es ahí donde radica un espacio sin control y la natural hegemonía del gobernante se difumina en los intercisos de poder burocrático; existe una vacío comunicacional con la clase empresarial, solo intentos de sometimiento al modelo.
Y la permanente intermitencia de la colaboración o confronta con la dinastía Montenegro que domina el Snte local; es, de facto un inédito diseño de conducción política, lo popular con la eficacia, sin embargo, las reflexiones trascendentes no se conocen; en el espacio de lo privado de su círculo cercano, el gobernante es posible que no tenga amigos que le hagan este ejercicio, sino incondicionales que replican sus asertos sin disenso alguno.
Roberto Sandoval ha acreditado que es un político funcional, sabe de sus potencialidades y la manera en que acrisoló sus triunfos electorales; su persona, sus avatares en los años recientes de su emergencia partidaria, con todo en contra desde la ortodoxia priísta, pudo llegar y concretar sus ambiciones políticas; esta misma condición, es la que debiera ser el ejemplo para las lecciones de sus delfines; este pequeño grupo de amigos que han llegado de su mano a la administración pública.
Sin embargo Roberto Sandoval solo existe en una sola versión; no puede clonarse un político para que se reproduzca en sus amigos e incondicionales; y este es, el yerro permanente que se aprecia en quienes están en el dintel de ser los posibles candidatos a diputados locales y ediles en los procesos del año que viene; y en algunos casos, eso es lo grotesco de sus aspiraciones, porque no pueden ser los sucedáneos del jefe político local.
Nada tan difícil como llevar la reproducción del poder en las elecciones intermedias de un gobierno como el nuestro, en la entidad y con las connotaciones que tiene esta nueva clase política y administradora; y esta puede ser una condición que singularice el tiempo político que vive Nayarit; la misma que impone tender puentes hacia otros lados para no improvisar cuadros y salir airoso en las elecciones del 2014.
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