De mis viejas lecturas juveniles, tengo bien presente todas las pasiones desbocadas de los emperadores romanos; con el libro de Suetonio, la “Vida de los doce césares” nos enteramos de las intrigas y la vida privada de la clase gobernante; los horrores y atrocidades de Nerón y de Calígula; las conquistas de quién inició la dinastía; y en el libre juego de las ideas me vino a la memoria la llegada de Claudio al trono imperial.
El quinto (cuarto para la dinastía Julio-Claudia) emperador romano, fue vilipendiado por su sobrino Calígula, si bien le hizo cónsul y senador, merced a sus debilidades físicas cojeaba de una pierna y tertejaba en demasía al hablar, apartado de las cuestiones del imperio, se dedicó a estudiar y a escribir “las guerras civiles de la república romana” por medio de la cual, les recordaba a su sobrino y a la clase gobernante, que era descendiente de Marco Antonio.
Cuando la guardia pretoriana azuzada por una facción del senado y de la clase gobernante, mata a Calígula, en el desorden que siguió, los pretorianos lo nombran emperador y es aceptado por los patricios romanos; creyendo que sería un títere en manos de estos militares de élite, reveló gracias a su cultura, dotes de estadista y de conquistador.
Claudio fue un brillante estudiante, gobernante y estratega militar, además de ser querido por el pueblo y ser el hombre más poderoso del mundo conocido de aquel entonces.
Su gobierno fue de gran prosperidad en la administración y en el terreno militar. Durante su reinado, las fronteras del Imperio romano se expandieron, produciéndose la conquista de Britania; tuvo un personal interés en el Derecho, presidiendo juicios públicos y dictando edictos diarios para resolver litigios.
Todo esto y más vino a mi mente, ante el desastroso demérito a que ha llegado la administración del presidente municipal de Tepic que preside el doctor Leopoldo Domínguez, -Polo pa´sus cuates- que se encamina a su muerte política.
Guardadas las proporciones, recuerdo que el suplente del edil, es ni más ni menos que su actual tesorero, el destacado profesional, y exitoso empresario, de bajo perfil político y mediático José David Guerrero Castellón, un personaje al que ya le echaron el ojo las cúpulas partidarias que llevaron a Polo al gobierno municipal, por aquello de que al paso que va, en un tris, pudiese ser defenestrado.
A nuestro amigo David ¿En la intimidad de su conciencia.., no le habrá tentado la ambición, esa no lejana posibilidad de ser el presidente municipal sustituto de un político que no ha podido levantar cabeza..? ¿se sabe que puede ser un inopinado sucesor de su buen amigo..? encrucijada y dubitaciones propias de los actuales avatares en que ha metido la obcecación, y necedades del actual titular del Ayuntamiento; como en la antigüedad, hoy los tiempos del poder son tormentosos, que tienen otro tipo de guardias pretorianas…
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