Francisco Javier Rivera Casillas*
Con motivo del informe del Poder Judicial y por invitación de su presidente, el gobernador constitucional del estado, Miguel Ángel Navarro Quintero, hizo por primera vez acto de presencia en la sede judicial el pasado jueves 9 de diciembre del presente año.
El evento celebrado a puerta cerrada y bajo un orden del día que únicamente dio espacio para el uso de la voz al magistrado presidente y al gobernador, dejó como resultado un importante mensaje del titular del Poder Ejecutivo, del que doy testimonio por su relevancia y trascendencia.
En punto de las 11 de la mañana en compañía del maestro Juan Antonio Echeagaray Becerra, secretario general de Gobierno, arribó el ciudadano gobernador a la sala de plenos donde lo esperábamos la totalidad de magistradas y magistrados así como los consejeros integrantes del Consejo de la Judicatura.
Con la claridad de las ideas que distingue al gobernador, tuvo una participación institucional y políticamente correcta, haciendo referencia al inicio de su intervención que “acudía por urbanidad a un encuentro de reflexión y acuerdos.”
De su alocución se desprende una serie de frases, todas ellas dotadas de contundente elocuencia y que transmiten un mensaje puntual a quienes integramos los plenos del Tribunal Superior de Justicia y el Consejo de la Judicatura.
Respetuoso de la división de poderes y ámbitos de competencia, el titular del Poder Ejecutivo destacó la importancia de la coordinación entre poderes, al tiempo que convocó a que los servidores públicos debemos observar una “actuación impecable”, ligando su convocatoria al señalamiento enfático de que “la impunidad sepulta toda credibilidad social.”
En congruencia a su insistente convocatoria desde que asumió el cargo, reiteró su llamado respetuoso para “acotar y evitar los excesos”, tema ausente en el discurso de bienvenida, pero del que debemos ocuparnos y pronunciarnos públicamente.
Sabedor de que el andamiaje jurídico es indispensable para concretar sus acciones de gobierno, precisó que se requiere de la “innovación del marco legal para que éste sea acorde a la realidad social y corresponda a la nueva cultura política”.
Con su visión de un Nayarit donde la ley debe aplicarse sin privilegios y distingo, acuñó una frase que revela la expectativa que tiene el gobernante de la labor jurisdiccional al señalar que en Nayarit se requiere “democratizar la justicia”.
Al referir que llega en el momento indicado para gobernar por la experiencia de los años que lo acompaña, fue categórico al manifestar: “resultado que no se mide, propósito que no sirve”. Frase por demás acorde al motivo formal del encuentro.
Un encuentro donde hizo falta la apertura para que de viva voz magistradas, magistrados y consejeros, manifestáramos nuestras ideas respecto de temas sustantivos de la vida institucional del Poder Judicial.
Al seno del Poder Judicial debemos privilegiar el diálogo y ser perseverantes en la búsqueda de mecanismos de una necesaria interlocución como colegio con los poderes Legislativo y Ejecutivo.
A título personal, asumo que la teoría del poder y su división no impide compartir la misma visión.
Una visión donde en corresponsabilidad y ámbitos de competencia, los tres poderes sumemos los esfuerzos, donde el talento, la creatividad y las capacidades sean la fórmula para lograr un mejor Nayarit que ciertamente es nuestro orgullo y compromiso!