El día de ayer, el maestro en ciencias, Jorge Ignacio Peña González, arribó a la rectoría de la Universidad Autónoma de Nayarit, no tan solo con los mejores augurios para encabezar el más grande proyecto que la mayoría de los universitarios y la sociedad reclama; sino cobijado por todos quienes integran la comunidad de la UAN, fieles y adversarios se fundieron en el verbo sensato, generoso y convocante, en los argumentos lúcidos y en la amplia convocatoria que les hizo el recién llegado.
El evento fue de aquellos en los que la clase política local se pone sus mejores galas; la presencia institucional de Roberto Sandoval le dio el respaldo incondicional que todo mundo esperaba, los sencillos argumentos del ejecutivo estatal fueron contundentes:
“con la Universidad Autónoma de Nayarit me la juego, con la universidad seguiré caminando y con nuestro amigo el nuevo rector, seguiré hombro con hombro buscando soluciones y tocando puertas para encontrar una solución a la situación financiera, porqué los problemas de la UAN, son problemas del gobierno del Estado de Nayarit…”
Palabras que son oxígeno puro ante el sofocante tema de sacar adelante uno de los conflictos internos que pesan y mantienen en vilo la estabilidad del campus, las finanzas y su debida aplicación son el inherente tema recurrente que tiene que atender de inmediato Peña González.
El nuevo rector señaló los nuevos tiempos “donde educación, identidad y ciudadanía son condiciones indispensables para entender la razón de ser de una universidad pública como la nuestra”, en sus primeros argumentos habla de la identidad de los universitarios que son “social y políticamente activos, capaces de incidir en las condiciones del entorno y en la ciudadanía, como conciencia colectiva de a dónde se pertenece..” sabedores de “cuáles son los derechos y obligaciones que eso conlleva..”.
De manera puntual señaló las líneas conductuales para la generación de condiciones institucionales y normativas de todo lo que se debata en el seno de la UAN, “para que esta libre expresión se viva de manera cotidiana en un marco de respeto y de escucha..” y muy claro al señalar a “que pongamos por delante la tarea institucional común; anteponer en suma, a los intereses individuales o de grupo, el interés colectivo de la comunidad universitaria”.
Una administración dijo, que “será de puertas abiertas, atenta y sensible a las inquietudes de la comunidad universitaria..”
EL PROYECTO PEÑA GONZÁLEZ
La universidad está de pie y trabajando, dijo el nuevo rector, pero señaló sin ambages todos sus flagelos e incongruencias, las condiciones profundamente desiguales de los catedráticos, de regiones y de docentes entre el nivel medio y superior, entre investigadores; enfático dijo que es menester “allanar estas diferencias es una tarea transversal necesaria..”.
Con talento, en el amplio documento ahí expuesto en un Teatro de pueblo abarrotado, hizo un inteligente y cálido reconocimiento a Luis Manuel Hernández “protagonista y testigo del desarrollo de nuestra institución, defensor incansable de los derechos de sus representados..” y le recordó que su compromiso e institucionalidad “está por encima de cualquier circunstancia..”.
A los docentes les reiteró el apoyo recibido en el proceso de su elección, refrendó sin regateos el respeto absoluto a sus logros sindicales, y a Carlos Muñoz, líder del personal académico, les agradeció “por hacer suyo el proyecto de construcción de la Universidad que queremos..”.
Para Angel Aldrete, el líder de la federación de estudiantes, su referencia del apoyo, alcanzó tintes de calidez y afabilidad personal, tomando como suya la expresión estudiantil de que “la universidad es una fábrica de sueños.., soñemos con la universidad que queremos, unamos esfuerzos para alcanzarla, hoy es un buen día para empezar, soñamos una universidad mejor, porque podemos construirla, y cuento con ustedes”.
Jorge Ignacio Peña, con talento dialéctico y la experiencia didáctica del docente, hizo un puntual y profundo diagnóstico de la UAN, se refirió a sus fortalezas y a las oportunidades que tienen para construir la universidad que todos quieren y ser de enorme utilidad social y contribuir al desarrollo económico de nuestras vocaciones productivas.
Para ello, hizo dos precisiones, uno, requieren de acciones emergentes inmediatas para superar la crisis coyuntural –financiera- que se vive; y dos, articular y reorientar las funciones sustantivas de la docencia, la investigación, la vinculación y extensión de la cultura y los servicios; ampliando la cobertura educativa que es una demanda social urgente.
El plan de trabajo expuesto, no deja sector alguno de del campus, sin su revisión y proyectiva trascendente, enfatizando en la formación de profesionales “libres, democráticos e incluyentes y comprometidos con la sociedad..”; en fin, fue un largo y prolijo documento, que de manera contundente deja claro la pertinencia de sus intenciones, echándose al hombro las más ingentes tareas de reconstrucción de la universidad de todos los nayaritas.
Y ahí, en el Teatro del Pueblo, el entusiasmo juvenil de los universitarios y el manto protector de la clase política y del gobierno, le dieron al maestro Jorge Ignacio Peña, el nuevo rector de la UAN, la mejor de las bienvenidas, con el reconocimiento implícito a su capacidad e inteligencia para llevar a buen fin la universidad que todos queremos…
Enhorabuena; pónganse pues a trabajar en consecuencia…
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