Jorge Ignacio Peña González, tiene un nombre tónico, armonioso, que liga bien con sus apellidos; toma posesión como rector de la Universidad Autónoma de Nayarit, la universidad del Estado que le cuesta en parte a todos los ciudadanos que hacen algún pago con implicaciones fiscales; esta última condición es la que debiera de ser el factor más importante para que la universidad de todos, esté vinculada y siempre cerca de la sociedad que la cobija y le exige.

El nuevo rector, toma posesión con una excelente calificación de su persona y de su ambicioso proyecto de reforma universitaria; está –sin embargo- en un crisol candente.

En México, desde el viejo modelo populista del gobierno de la república, primero las normales rurales y posteriormente las universidades, nacieron y fueron alentadas por el gobierno federal y los presidentes en turno para ser las entidades formadoras de maestros y profesionales con una muy clara convicción ideológica de que eran hijos del Estado mexicano, cuya formación estaba orientada para servir a las mejores causas del pueblo de nuestro sufrido país.

La historia de los últimos 50 años nos indica que parte del proyecto, desde su cariz ideológico político se fue a pique; las normales rurales fueron desapareciendo porque se convirtieron en nido que incubó guerrilleros, las que subsisten siguen siendo un quebradero de cabeza para el gobierno, que en este tiempo de cambios estructurales, son la monserga del secretario del ramo.

Las universidades públicas, evolucionaron por variopintos senderos; algunas como la UAS, llegaron a extremos de delirio, en cuanto a sus convicciones y operación como instrumento de un marxismo trasnochado que echó a perder generaciones enteras de universitarios.

Otras, entendieron los cambios de paradigmas, en lo político y en lo tecnológico, supieron aprovechar la expansión de las nuevas tecnologías y se transformaron en excelentes centros de estudios y de producción tecnológica, como la U de Colima; algunas, que mantenían una herencia de reciedumbre intelectual –como la U de G- fueron víctimas del porrismo estudiantil, hasta que ellos mismos se transformaron en seres pensantes, se entronizaron en el poder y el control, y luego cometieron la eutanasia de sus organizaciones estudiantiles, creando otras a modo.

Tenemos pues, muchos ejemplos del cómo evolucionan las universidades públicas; exitoso el modelo de la U autónoma del Estado de Hidalgo, que al principio dio tumbos, y luego crearon un Patronato universitario que se transformó en el principal factor de crecimiento y ampliación de su oferta educativa, manteniendo importante flujo de ingresos que les garantizan estabilidad financiera, que les permite la búsqueda exitosa de lo académico.

LA UAN EN SU LABERINTO

Quizás ya son pocos los universitarios que tengan un cabal conocimiento del cómo nació y evolucionó la universidad de los nayaritas; un centro de estudios financiado por el gobierno federal y con aportaciones estatales, que durante muchos años, su existencia solo fue aspiracional, víctima de improvisaciones de todo tipo, catedráticos faltistas, maestros barcos, y el naciente sindicalismo académico con un atajo de rémoras (y algunas acémilas) porrismo y vandalismo estudiantil, de los trabajadores y también de los docentes.

Fueron muchos lustros que tuvo a la UAN en un puño un pequeño grupo de truhanes; fue una fábrica de políticos que entraron pobres y salieron ricos; hubo un presidente de la república que dijo que “el presupuesto de la universidad fue desviado para otros fines..” y la sociedad esperó que encarcelaran al responsable, y el Pri lo hizo legislador federal..!

Con sus honrosas excepciones, pocos son los rectores y los catedráticos que se salvan del duro juicio histórico.

Desde hace unos tres lustros, la actitud aspiracional de los rectores ha sido, la reforma universitaria, en la inacabada búsqueda de la excelencia académica; al transformarse el sistema político, la sociedad misma, de una u otra manera la UAN se ha transformado; ya tiene un excelente modelo académico –aunque muy focalizado en la educación de las preparatorias- cuya vigencia reclama un nuevo jalón histórico, acorde con el desarrollo científico y tecnológico de este pujante siglo XXI.

El actual flagelo de la UAN, son, sin duda sus catedráticos, muchos de los cuales son rémoras, estorbos para las nuevas generaciones de docentes; ahí es una tarea de romanos que tiene enfrente Jorge Ignacio Peña; acordado con la SEP, deberá de dejar sin efecto más de 700 nombramientos que no se le reconocen, para que la secretaría le pueda incrementar presupuesto, esta plazas, deberán de ser concursadas por los nuevos catedráticos.

La reforma financiera y la regularización del fondo de pensiones, en dónde el conflicto es la falta de liquidez por la distracción –o desviación- de estos dineros.

Y, algo que le interesa al gobierno estatal y a la sociedad entera, la universidad hoy, ya tiene los cuadros capaces, la inteligencia, el conocimiento y la cultura suficientes para que le aporte sus luces en temas de enorme trascendencia para la vida pública de la entidad; los gobernantes de los dos órdenes de gobierno, reclaman la participación crítica, propositiva de la UAN en asuntos torales para el desarrollo y crecimiento económico de Nayarit.

Y tiene Peña González, un tema no menor; reordenar la operación interna de la funcionalidad de su secretariado; quitar de inmediato el esquema corporativo tipo Pri-gobierno que prevalece y darle a cada sector y a sus liderazgos hinchados, el lugar que puntualmente merecen en el desarrollo de la UAN; ah..! y modificar sus contenidos comunicacionales, puesto que su política de comunicación social, se quedó en el esquema del siglo pasado; tiene que ser, el mejor instrumento para la vinculación con las fuerzas productivas de la entidad.

Tarea nada fácil, estamos ciertos que el nuevo rector tiene los tamaños para hacerlo, debe rodearse del mejor equipo posible de los mejores académicos que hoy tiene la UAN, que tengan por sobre todas las cosas, un enorme respeto por la universidad y la generosidad suficiente para enfrascarse estos seis años que vienen por la limpieza y la reinvindicación de las mejores causas, aquellas primigenias que le dieron origen hace 50 años.

La sociedad entera y los universitarios en su momento se lo tendrán a reconocer.

Contacto.- cronicaslip@gmail.com

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Incursiona en géneros periodísticos, hace reportajes e investigación; es abogado, en “La Voz de Nayarit” como analista político. Los avatares del periodismo de opinión lo llevan al extinto “El Nayar”; posteriormente al revivir el diario como “Meridiano” es uno de sus columnistas principales. El gobierno de Celso Delgado y las organizaciones de periodistas le entregan el Premio Estatal de Periodismo 1993 en la modalidad de “Crónica”. Hace treinta y cinco años nace el periódico regional “Avance” y desde entonces es miembro de su página editorial como analista político. Pionero en Nayarit de periodismo en Internet, publica una página en la web “Crónicas del Sexenio”; se muda un par de años a Nuevo Vallarta y publica en los periódicos “Vallarta Opina” y “Nayarit Opina”. De regreso a Tepic incursiona en la Televisión pública como analista político. Establece una Consultoría Jurídica-Política y retoma el espacio en Internet, como periodista de opinión y reportero entrevistador.