Se han escrito muchos libros para describir al mexicano, su conducta, sus perfiles, sus valores y tendencias ocultas; he leído alguno de ellos, desde aquel “Laberinto de la soledad” de Octavio Paz; el estudio de un gringo “Sociosicología del campesinado mexicano” y desde luego el de Lewis “Los hijos de Sánchez”; empero, en estos textos se encuentran singularidades históricas, sociológicas sobre el qué y el cómo es la conducta de lo mexicano.

Sin embargo, debo ir más allá de mi corta memoria, para recordar aquellas lecturas que hacía en los acelerados estudios que hicimos en la masonería y en los grupos subversivos de los años sesenta; profundizamos como objeto de estudio el comportamiento humano en su contexto físico-social inmediato, sacamos algunas consecuencias, el habitante de la sierra, de la montaña, es desconfiado huidizo y no se compromete a las primeras; el de las ciudades, es agudo y engañoso, la variable ambiental como influencia determinante del comportamiento se expresa con mayor énfasis en la gente de la costa.

Los campesinos o pescadores de las costas, son, digamos más convenencieros, han heredado una cultura de la dependencia de todas las oficinas gubernamentales, “papá gobierno” es la madre nutricia de todos sus logros y afanes; son abiertos, dicharacheros y desaprendidos, en su entorno tienen bienes que les son suficientes para sobrevivir y no contemplan el ahorro como norma de vida.

Ahora que es septiembre, el mes dedicado a la Patria, los festejos propios de estos días envuelven a todos los mexicanos, en ese algo tan inasible que es el nacionalismo mexicano, sentimiento que se exacerba en la ceremonia del grito, esa remembranza de los héroes “que nos dieron patria”, la gente grita, gritamos “¡¡viva!!” en el exhorto que nos hace el gobernador, el presidente de la república desde el balcón de Palacio de gobierno y el nacional, ese edificio icónico de nuestra historia.

Ahí en ese gritar, y darse por enterado del orgullo que se manifiesta en el ser mexicano, debemos destacar el sentido de territorialidad, una forma de ejercer el control interno de nuestra sique, tanto sobre el contexto físico-natural inmediato, como el espacio simbólico convencional que se establece de manera colectiva, el territorio permite la conducta gregaria de quienes lo comparten y evoca acciones de integración, solidaridad, pertenencia y defensa militante ante cualquier amenaza actual o potencial.

En consecuencia el territorio es capaz de generar comportamiento comunitario, organización social y fortalece los roles socioculturales de quienes lo asumen como propio; esto es lo que encuentro en el mexicano que festeja las fiestas patrias, con alcohol o sin él, ahora con un gobierno subsidiario de las necesidades elementales, el festejo trae consigo la integración del pueblo con su gobierno; ahí está su base social, innegable no reconocerlo.

Somos los mexicanos en lo general, proclives a la fiesta, a la expresión jocunda, y sí, allá en fondo del inconsciente colectivo, vive al alma del mexicano, un pueblo único y singular, en evolución hacia la integración internacional; y en esto, es importante, no perder nunca los valores que alientan a cada uno de nosotros; vale pues, y el grito final puede ser el “¡Viva México…! Cabrones…!” autoafirmación pura, sí señor…

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Incursiona en géneros periodísticos, hace reportajes e investigación; es abogado, en “La Voz de Nayarit” como analista político. Los avatares del periodismo de opinión lo llevan al extinto “El Nayar”; posteriormente al revivir el diario como “Meridiano” es uno de sus columnistas principales. El gobierno de Celso Delgado y las organizaciones de periodistas le entregan el Premio Estatal de Periodismo 1993 en la modalidad de “Crónica”. Hace treinta y cinco años nace el periódico regional “Avance” y desde entonces es miembro de su página editorial como analista político. Pionero en Nayarit de periodismo en Internet, publica una página en la web “Crónicas del Sexenio”; se muda un par de años a Nuevo Vallarta y publica en los periódicos “Vallarta Opina” y “Nayarit Opina”. De regreso a Tepic incursiona en la Televisión pública como analista político. Establece una Consultoría Jurídica-Política y retoma el espacio en Internet, como periodista de opinión y reportero entrevistador.