El día de ayer, en el acto cívico que cada primer lunes del mes lleva a cabo el poder judicial de la entidad, existía una expectativa al conocerse que el discurso oficial estaría a cargo del magistrado José Alfredo Becerra Anzaldo; uno de los recién designados por el congreso del Estado y que estuvo precedido por el amplio beneplácito que le otorgaron diversas voces de las organizaciones de abogados litigantes.
José Alfredo, es un talentoso Abogado, sin desdoro alguno podemos señalar que es producto de la cultura del esfuerzo, su proceso formativo, sus prácticas profesionales, sus años de exitoso litigante y en esta administración uno de los hombres de mayor confianza del fiscal de hierro, cuyo desempeño contribuyó a que la Fiscalía general del Estado, sea la dependencia del gobierno estatal que más amplios reconocimiento tiene entre la ciudadanía.
En la tribuna, disertó un bien elaborado documento, con una singular sintaxis, planteó los condicionamientos sociales que se generan con la actividad jurisdiccional, señalando que el esfuerzo excepcional que día con día realizan los servidores judiciales ha construido un blindaje natural contra los embates de quienes no son favorecidos con sus decisiones y de quienes están en contra del fortalecimiento de un Estado democrático.
Ante sus pares y con la presencia del comandante de la Décima Tercera Zona Militar, general de brigada Miguel Andrade Cisneros.
Becerra Anzaldo señaló con puntualidad, cual es el talón de Aquiles de la institución a la cual sirve, y que ha trascendido a los medios y a las voces de algunos comunicadores, las limitaciones financieras del Poder Judicial, la excesiva carga de trabajo, las nuevas formas en el proceso penal.
Con los nuevos paradigmas de los derechos humanos y el control de convencionalidad que en otras circunstancias hubiesen provocado una disfunción del trabajo cotidiano de administrar justicia, se ha permitido acreditar la solidez institucional del tribunal superior de justicia, así como la riqueza sustantiva en el ejercicio de sus funciones.
Estas fueron algunas de sus frases:
“La armonía social en que vivimos es producto directo e inmediato de ello”,
“Lo que hacemos desde nuestras responsabilidades, ya sea una notificación, un oficio, un acuerdo, una audiencia desahogada, una sentencia, es una parte de felicidad, alegría y satisfacción restituida a quien le corresponde”.
En este contexto y dado que en abril se celebra el Día del Niño, el magistrado Becerra Anzaldo manifestó que en el ejercicio de sus funciones el Poder Judicial es el salvaguarda de los derechos de la infancia; señalando que el excesivo número de expedientes relacionados con ellos “no diga lo mismo de nosotros como sociedad”, que en ocasiones los menores se convierten en instrumento de cónyuges en conflicto.
En esta materia el poder judicial ha requerido “sujetarse a los acuerdos internacionales para que los derechos de niñas y niños sean respetados” de un modo tal, que ya en nuestro país se ha promulgado una ley general que los proteja.
En este orden de ideas, José Alfredo tuvo la urbanidad política de destacar las acciones preventivas del programa “Soy legal” cuyo autor es el magistrado presidente Pedro Antonio Enríquez.
Con este programa –sus operadores lo hacen en servicio social- el Poder Judicial de Nayarit concreta en la sociedad, algo más que derechos materializados en sentencias y propicia que se fomente el sano desarrollo de niñas, niños y adolescentes.
El dictum del magistrado José Alfredo Becerra, deja ante sus pares y la comunidad del foro local, que es un Abogado con sólida formación de cultura jurídica, y su proyectiva justicialista para señalar que el poder judicial debe ser justipreciado por la ciudadanía en base a su trabajo sustantivo, y tomando en consideración los enormes grados de dificultad que impone el exigüo presupuesto y el desmesurado incremento de sus responsabilidades.
Tienen ahora la palabra los titulares del poder ejecutivo y del obsecuente legislativo; nuestro amigo, puso el punto sobre las íes. Bien hecho…
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