Merced a la capacidad política –poca o mucha- que acrediten los hombres y mujeres del grupo gobernante de cara al tercer informe de gobierno y en el proceso de reacomodo de sus cuadros, hasta el cierre del presente año, podremos ver quizás, la recomposición del escenario político, de la administración pública, de los partidos y de los poderes; hoy se focalizan los reflectores en el congreso del Estado, los debutantes aún tienen el bono de los votos y de las sentencias del Trife, para que en unos días instrumenten lo elemental de sus políticas internas y públicas.
El resultado de las elecciones y las correcciones que la Sala superior del Trife hizo, modificaron en parte, el escenario del poder; en el congreso recién se filtra que una diputada perteneciente a la franquicia del movimiento ciudadano, Olga L. Serrano, ella, que salió beneficiada con la sentencia que le modifica la asignación de los plurinominales al concejo estatal electoral, en el clásico oficio del saltimbanqui legislativo, renuncia a su partido y solicita sea admitida como miembro del grupo parlamentario del Pri, de esta manera el tricolor y sus aliados contarán con 16 escaños, suficientes para votaciones de mayoría simple.
¿Es válido tal proceder de la debutante legisladora..? tenemos que visualizar que acciones de este tipo no están reglamentadas en las normas sustantivas y adjetivas del poder legislativo local; ante tales desfiguros en la cámara federal desde hace lustros, un diputado por ahí presentó un proyecto de ley, para evitar el manido recurso de los “diputados chaqueteros”, para garantizarle a los partidos la fidelidad estricta del destino de los votos que les depositaron los electores en las urnas.
Y luego el asunto de la condición de género; ¿para eso quieren la igualdad o mejor aún, las ventajas electorales..? ¿para actuar igual o peor que los varones..? sin pudor ni vergüenza alguna, este tipo de acciones, contribuye al engrandecimiento del precario prestigio que tienen en la sociedad los diputados; y más aún, aquellos que obtienen su curul vía el regalo de las plurinominales; institución cada día más despreciada por la sociedad, por inútil, por ser un arcaísmo en nuestro sistema y por la impudicia con que la manejan las cúpulas de los partidos.
En el seno del congreso, puede ser el símil de crisol de las inercias políticas de todos los partidos; el profe Juan Carlos Ríos, ya metió a su gente en los primeros puestos administrativos del congreso; y ahí anda nuestro gran amigo Roberto Lomelí, con su imperdible humor, en espera de que le cumplan la frasecita que le dijeron: “Mi Bachis…! Tu lealtad será ampliamente recompensada…!” sin que a la fecha le asignen un puesto digno de su experiencia y oficio político una vez más acreditado.
Y luego en un mes y días, en el Tribunal superior de justicia, se nombra al nuevo presidente; veremos si la mancuerna y las reformas que hizo el fiscal de hierro funcionan, o si Roberto Sandoval impulsa a sus amigos (incluyo a Rocío) en la natural experiencia hegemónica de que en un gobierno consolidado, pese al escenario complicado de los votos y de las sentencias del Trife, sólo sus chicharrones truenan; y sea cual fuere la remodelación de los tres poderes, el escenario se tiene que recomponer, porque como estamos, muchos siguen “turulatos” y en la correlación de fuerzas, con los legítimos escenarios ganados por las oposiciones, eventos coyunturales pueden echar a perder la gobernabilidad en el segundo trienio del sexenio.
Tiempo en el cual, se incuban los liderazgos para llegar solventes a las diputaciones federales para el año próximo y dentro de dos, a los prolegómenos para la sucesión gubernamental; el tiempo político se cuenta (y se narra) diferente al de los simples mortales; y la impronta implica darle racionalidad al escenario político gubernamental.
NOMBRES, CAMBIOS, ENROQUES
Con el fin de su función como diputados, dos hombres que son reconocidos por su experiencia y talento político desplegado en sus responsabilidades, se han quedado sin chamba aparente; no es que sean indigentes ni mucho menos, pero poco podemos imaginar a Armando García y Carlos Carrillo, que se queden sin hacer trabajo administrativo o partidario alguno; con el resurgimiento de que Pepe Espinoza sale de la secretaría general para preparar su pre campaña como posible candidato a diputado federal, esta posición ya tiene varios tiradores.
Los señalados ex diputados y hasta el fiscal de hierro…! Algún perverso le vendió la idea a Edgar Veytia que solo ahí en la secretaría general puede hacer patrimonio político para poder ser candidato a gobernador; y como el güero es un bien intencionado, ante la falta de operación política de los hombres y mujeres del gabinete, está pero si ansioso de que llegue diciembre para irse a despachar a palacio de gobierno.
Bromas aparte, existen unas secretarías que no tienen razón de su existencia, menos aún, las personas que las presiden, Semanay, Setra, Sepla, Educación, Desarrollo económico, Agricultura y desarrollo rural, pueden compactarse en solo tres o dos; y con mejores perfiles, se debe dinamizar estas áreas descuidadas del gobierno estatal, la variable del resultado electoral, quedará siempre presente en cualquier tipo de análisis que lleven a cabo, en la necesaria revisión del año electoral.
Cuestiones trascendentes se avecinan, que la celebración del centenario de la erección del Estado de Nayarit, no llegue a ser una festividad aldeana y ramplona; el tercer informe de gobierno, darle racionalidad a las inversiones del canal bicentenario y los parques agroindustriales, mucho escepticismo tienen aún importantes sectores de la población, el mega proyecto del Puerto Nayarit sigue causando incredulidad y esa intención gubernamental de que “en su oportunidad se informará a detalle de las inversiones” no tarde más allá del fin de este año.
Este gobierno, a cargo de Roberto Sandoval, sabe hacer muchas cosas, inversiones públicas en demasía, obra pública excelente y palpable; solo una cuestión ha sido no explorada, reuniones con los líderes de las cúpulas empresariales y medios en dónde se haga un claro informe de lo que se hizo, y de lo que se va a hacer; en la obvia intención de compactar alianzas y sellar compromisos. Digo…
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