Pues con tintes apologéticos en la emisión de la mayoría de los votos de los concejales universitarios, con honrosas excepciones como la del Dr. Fernando González, líder moral de la Escuela Preparatoria de Villa Hidalgo, que sobrio y convincente votó; de esta manera con 88 votos fue electo el master en estudios políticos regionales Jorge Ignacio Peña González, frente a 29 de Humberto Lomelí y un singular voto testimonial para el reconocido académico Carlos Rafael Rea.
Visto desde fuera del campus, el proceso de elección del rector, tuvo en ocasiones el tinte del dramatismo, de la angustia y la impotencia propia de estudiantes preparatorianos que se enfrascan en luchas estériles para elegir a su comité estudiantil; violemos nuestro principio de racionalidad, “debiera ser un proceso sin gritos ni sombrerazos, conduciéndose como universitarios, cultos, sobrios, sin melodramas y con urbanidad política” (suposición del escriba).
Pese a ello, con el entusiasmo desbordado dentro y fuera del recinto en el cual se reunió el concejo general universitario, se llevó a cabo la elección, con algunas singularidades que rompieron la sinergia de los concejales de varias unidades académicas, como los votos divididos de los docentes, de los estudiantes para Peña González y los directores para Lomelí Payán, del área de ciencias biológicas, agropecuarias y pesqueras que tienen 3 unidades académicas y cinco carreras.
En el área de ciencias de la salud, también divididos, Enfermería por Peña; Medicina dividido estudiantes por Peña y docentes y director por Lomelí; QFB el único voto para Rea; en Odontología voto dividido. Y el voto que causó sorpresa por ir a favor del abogado que habla inglés, fue el del odontólogo Cecilio Oswaldo Flores secretario general de la rectoría, que no fue consecuente con su jefe, el rector Juan López Salazar; variopintos los criterios, propios de la diversidad cultural e ideológica que campea en el interior del campus de la UAN.
Por otra parte se conjuró la demanda “democratizadora” –tipo partido político- de consulta general a todos los integrantes de los sectores que componen la universidad; debemos entender que no existe un organismo garante que pudiese certificar la legalidad de las actas que pedían como requisito para votar el Setuan de Luis Manuel Hernández que solo consiguieron 29 votos para su candidato; por lo cual, la votación se dio tal cual lo establecen las normas actuales que tiene la universidad de todos los nayaritas.
En la sesión del concejo, Humberto Lomelí estuvo presente, a contrario de Jorge Ignacio Peña que no lo hizo, estuvo por ahí cerca con transmisión en vivo de la misma; luego de la votación en el casino del ejido ahí cercano, se llevó a cabo una comida, en la cual el rector ya electo agradeció mesa por mesa a cada uno de los concejales que con su voto lo llevan a la rectoría.
Hoy, nadie, solo los obtusos e impotentes, pueden poner en tela de duda el proceso de elección, hubo la legalidad necesaria, misma que otorga la mayor legitimidad del rectorado próximo que encabeza Jorge Ignacio Peña.
UN COLOFÓN INESPERADO
La derrota anunciada de Humberto Lomelí, de cara a la inminente elección del secretario general del sindicato del personal académico, nos muestra un escenario difícil para José María Curiel, quien antes de este proceso rectoral, había permeado de buena manera en la base docente; “Chema” no marcó distancia de los contendientes, sino que se colgó de la figura del director de Derecho, con su derrota y el triunfo de Peña, el que salió fortalecido es Carlos Muñoz para su reelección.
Al ver el comportamiento del aspirante a candidato para el Spauan, su acercamiento no tan solo con Lomelí sino con Luis Manuel Hernández, muchos docentes se dijeron que ellos quieren que el Spauan sea un verdadero Spauan, dados los enclaves de los otros dos sectores que ya tienen ahí dentro, más de quinientos nuevos docentes que provienen de la Feuan y otras decenas del Setuan.
Malas señales para las aspiraciones del abogado, catedrático de la Preparatoria 13 que tiene varias asignaturas por aprobar para que sea viable su proyecto de dirigir a los docentes; lo prudente es, que ahora se cuelgue de la operación cicatriz que sin duda emprenderá en breve el nuevo rector; porque en la comunidad universitaria no es posible admitir la existencia de confrontas de la autoridad rectoral con sus maestros, menos aún con sus trabajadores, por muy alzados que anden.
El nuevo rector debe contar con los apoyos de toda la comunidad universitaria, para llevar a buen término el más grande proyecto de reformas que reclama la UAN, integral, completo..! y no de vacuas y falsas promesas como las que en su momento protagonizó Javier Castellón.
Habemus rector, que los universitarios y la sociedad preparen su espíritu para entender y cobijar el proyecto del nuevo rector, Jorge Ignacio Peña; enhorabuena..!
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