- El estilo personal de Miguel Ángel Navarro
- Caras nuevas y personajes de experiencia
- El increíble rumor de los perversos
El escritor Daniel Cossío Villegas acuñó la frase en la serie de libros que escribiera sobre el sistema político mexicano, sus reglas “no escritas” que eran inmutables sobre la forma y modo en que cada presidente de la república llevaba a cabo su cometido, y desde luego sus actos trascendentes como la mecánica para escoger a su sucesor; a lo que Luis Spota años después lo dijera en sus novelas, que el presidente en turno al ungir sucesor expresaba “Palabras Mayores”.
Así, el “estilo personal de gobernar” se refiere al talante del gobernante para dar a conocer su hegemonía política, merced a que nuestro sistema político es piramidal, en cuya cúspide está el presidente dela república en el orden federal y el gobernador del Estado en las entidades federas; es decir, un gobernante no tiene que pedirle permiso a nadie para nombrar a sus principales colaboradores.
En el caso de Miguel Ángel, un gobernante electo que arrasa en la urnas, y que llega con todo el poder de la legitimidad que otorgan los votos; es un caso de paradigma, tiene absoluta libertad para constituir su gabinete conforme a sus particulares decisiones, con la espléndida circunstancia de que no necesita bules para nadar, y no tiene que darle cuentas a nadie.
Y en este contexto, debemos apreciar la atingencia y pertinencia que tiene el gobernante de saber rodearse de gente capaz y que tenga los perfiles necesarios para cumplir de manera perfectible las responsabilidades públicas en el área que les confiere su nombramiento; ejemplos recientes tenemos bastantes que han acreditado que los amigos en puestos claves han sido un soberano fracaso.
Difícil cometido, teniendo miles de solicitudes y cientos de amigos; tiene que responderle a sus aliados; empero, en el ámbito de sus atribuciones unipersonales está conformando su gabinete conforme lo estima en sus tiempos, formas y modos.
Así, en una reunión de candidatos electos, expresa que su estimado amigo y compadre de lustros, será su Secretario General de Gobierno, el reconocido Abogado y Notario Público Juan Antonio Echeagaray Becerra, designación que de inmediato trasciende a los medios y es ratificado por el gobernante electo.
Esta designación nos indica el modelo de gobierno que implementa Navarro Quintero; un secretario de gobierno que tiene facultades delegadas para atender el mundo de cosas para levantar un gobierno que responda a las enormes expectativas que ha generado el protagonismo del gobernador electo ya en funciones; es decir, tenemos un secretario general de gobierno a cabalidad, que ejerce facultades y atribuciones; y no como en las administraciones precedentes, que han sido adornos y meras marionetas del ejecutivo en turno.
Tristes ejemplos de funcionarios incapaces de tomar decisiones y generar interlocución con los actores del poder político.
A cuenta gotas se han dado los nombramientos, dejando que el impacto mediático se genere, y en su mayoría han tenido beneplácito en el gremio que representan, salvo algunas voces discordantes en dos de los nominados, se aprecia beneplácito en los nombres de personas ya conocidas y en los jóvenes debutantes, se abre la empatía del beneficio de la duda.
Secretario de Desarrollo Rural, Ing. Ángel Ávalos Ramírez, conocido en el medio, con amplia experiencia en el ramo.
Secretario de Infraestructura, Ing. Víctor Manuel Lerma Mercado, no muy conocido en los medios y en la comentocracia.
Secretario de Salud, Dr. Francisco Munguía Pérez, muy conocido por sus cofrades del sector salud.
Secretario de Economía, Jesús Pérez López, conocido por su labor como presidente de la Canaco Tepic y sus relaciones con las cúpulas de la Concanaco.
Secretaria de Educación, Mirna Manjarrez Valle, muy conocida por propios y extraños del sector sindical y de educación de la entidad.
Secretario de Desarrollo Sustentable, Ing. Vicente Romero Ruiz, demasiado conocido por la comentocracia y la clase política local.
Secretaria de Movilidad, Lic. Sistiel Karime Buhaya Lara, jovencísima desconocida en los medios y en la comentocracia, solo se le conoce por ser hija de su progenitor, líder transportista.
Secretaria de la Contraloría, L.C.P. Isabel Estrada Jiménez, poco conocida en medios, se le reconoce su capacidad profesional.
Secretario de Administración y Finanzas, C.P. Julio César López Ruelas, muy conocido por sus pares y de reconocida capacidad profesional en la comentocracia local.
Secretario de Turismo, Juan Enrique Suárez del Real, empresario hotelero que supo ganar batallas contra emisarios del pasado, reconocido en su medio como persona capaz y empática.
Así, conforme a la estructura que norma la Ley Orgánica del poder ejecutivo del Estado de Nayarit, solo resta por designar al o la titular de la Secretaría de Desarrollo Social, que tendrá vital importancia en este gobierno, merced a la intención de Miguel Ángel de replicar en el gabinete estatal, las dependencias y funciones del gabinete presidencial.
EL PERVERSO RUMOR SOBRE LA UNIDAD DE PRENSA
Desde el gobierno de Don Roberto Gómez Reyes a la fecha, el primer funcionario del gobierno entrante que se conocía, era el jefe de prensa, la noche anterior a la toma de posesión, aparecía ante los medios a dar a conocer la integración del gabinete de la administración entrante; salvo el sátrapa de la Mololoa que también se abrogó esa función y dio a conocer a las 12 de la noche en la sala de Palacio, los nombramientos de sus funcionarios, que estaban escritos “con lápiz”.
Ahora, desde hace un par de semanas, los emisarios del pasado reciente, acordes con su angustia existencial por su condición de investigados, dado que no salieron las cuentas que mal dejaron de decenas de millones de pesos en el sistema DIF, en la búsqueda de impunidad y protección, han diseminado un inaudito rumor.
Que por un “compromiso” del gobernador entrante con el saliente, será nombrado titular de la Unidad de prensa, el esquizoide personaje responsable de destruir la política de comunicación social del gobierno estatal y ahora metido a culturoso escritor.
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