ESTE ES OTRO PAÍS

CRONICAS POLÍTICAS abril 30

 

Escucho con azoro las generalizaciones absurdas que como argumentos de propaganda política dicen en todos los tonos, los candidatos impresentables como Guadalupe Acosta; hablan y vociferan de que México vive miserias, economía destrozada y corrupción rampante; emergen como abanderados de una ciudadanía que no les ha dado tal mandato.

Escucho la facilidad de decir barbaridad y media en jóvenes que condenan al régimen actual que según su dicho han llevado a nuestro país al peor de los escenarios posibles, exigen y reclaman bienes, servicios sociales y de salud, sin haber pagado un peso nunca en cumplimiento de sus obligaciones fiscales.

Esta es, la grave condición de enajenación política que se vive en buena parte de la gente que tiene la expectativa de ir a votar en las próximas elecciones; y digo enajenación porque es un fenómeno de la consciencia, que es el darse cuenta en qué tiempo vivimos y en qué terreno estamos pisando, el vértice donde se unen las dimensiones tiempo y espacio.

Pero no conocen lo que condenan, guste o nó esta administración ha tenido una inflación menor al 4%; la tasa de empleos formales tiene un récord histórico; el acceso a la banca, al empleo, a la educación no tiene parangón; y lo más notorio, es irrestricto el ejercicio de la libertad de expresión, que para mi particular punto de vista, se ha trocado en verdadero libertinaje, sobre todo en las redes sociales de la internet, en dónde un atajo de imbéciles aprovechando el anonimato vacían improperios, difaman, injurian con sus miasmas.

Yo nací antes de 1950; fui a la Universidad de Guadalajara porque en Nayarit no teníamos universidad; me tocó vivir la lucha política estudiantil para abrir los canales de comunicación política con el Estado mexicano que estaban absolutamente azolvadas por un autoritarismo y represión inimaginable hoy.

A finales de los 60´ luego del trauma del 68 y a principios de los 70´, en guanatos, si llevabas un libro de Marx o de Lenin, si te veía un policía, te seguían, te detenían, te “cacheaban”, a su antojo te fichaban como “subversivo”.

Con un grupo estudiantil marginal hicimos un mitin en la entrada del mercado de San Juan de Dios, sobre la situación política que prevalecía en ese entonces, no hubo segundo orador, estaba apenas el primero en sus manifestaciones, cuando a los cinco minutos llegó la policía “secreta” y granaderos a destruír las bocinas, el aparato de sonido que habíamos alquilado quedó hecho trizas y con sus toletes nos pusieron una chinga, fuimos llevados a una celda inmunda a la correccional, al “Cerro del cuatro”, de aquellos golpes en la espalda y en la cintura aún conservo las secuelas de haberme lastimado seriamente las vértebras lumbares.

ESTO TENEMOS HOY

A la generación de nuevos electores, de 18 a 30 y tantos años, decirles que hoy tenemos libertad, y una sociedad abierta, en dónde el gobierno no reprime por expresar tus ideas; que no conocieron la cerrazón de los bancos para obtener un crédito automotriz o para comprar casa; que no había alternativas de trabajo para los universitarios egresados, que el mercado y la planta productiva estaban restringidos; que los sindicatos eran los mandones en los contratos, que trabajadores independientes no podían ejercer el derecho a la huelga.

Todo eso, porque no lo vivieron, no lo conocen y no lo aceptan; ellos no perdieron sus capitales en las devaluaciones de los ochentas y noventas, les dicen exactamente lo que te costó la formación universitaria, tus primeros trabajos y no lo creen.

Han muerto las ideologías que alentaban con altura de miras el quehacer político; hoy toda la lucha es un pragmatismo, el poder por el poder mismo, para su ejercicio patrimonialista.

El gobierno en su evolución ha permitido la existencia de una casta política de vivales y güevones que en su vida han trabajado, viven y son millonarios de las bondades del sistema político mexicano, son parte de la partidocracia que tiene en un puño al legislativo federal que impide el desarrollo de la  democracia política.

Hoy en esta temporada electoral los nuevos ciudadanos son seducidos por la veborrea estólida de candidatos que anuncian sus proyectos dictatoriales, o la sumisión a los intereses transnacionales; el mensaje de la estabilidad no penetra, la mala prensa sobre el gobierno que fenece lo ha impedido.

Cada uno de los partidos políticos y sus candidatos trae en su fardo sus propios pecados; difícil camino de una sociedad como la nuestra de que no caiga en el abismo de la demagogia y el populismo, merced a la ignorancia, el desdén, la apatía y la incultura política de los nuevos electores.

La evolución de las garantías individuales a derechos humanos y éstos a derechos fundamentales y con el bloque de constitucionalidad, las condiciones jurídico políticos de las personas, es inimaginable a la condición que tuvimos hace 40, 50 años; es obligación de candidatos dar a conocer las realidades de la evolución del país que tenemos.

Y que los gobernantes, recuperen la solidez institucional y no participen como activos de los vaivenes de las campañas políticas; es tiempo de recuperar la racionalidad política, dejar de hacer interpretaciones ingenuas de nuestra realidad para enfrentar los retos del cambio constitucional, con entereza y un mínimo de conocimientos de lo que hoy somos, de lo mucho que nos ha costado llegar construir este gran país.

Es doloroso ver el cortoplacismo y la ignorancia de los políticos en ristre, pero aún es más el desintrés y el importamadrismo del grueso de los nuevos electores, algo está fallando, no hay normatipos que sean ejemplo de las nuevas generaciones, no existe la comunicación política, no hay argumentos trascendentales para motivar a la ciudadanía, para que luche por una sociedad mejor…, valga decirlo, si aquella generación de los sesentas hubiésemos tenido esta libertad política y no la represión que sufrimos, otro gallo hubiera cantado.

Contacto.- cronicaslip@gmail.com

 

Artículo anteriorUN TROZO DE JUSTICIA
Artículo siguienteLA HORA ESTELAR DE POLO
Incursiona en géneros periodísticos, hace reportajes e investigación; es abogado, en “La Voz de Nayarit” como analista político. Los avatares del periodismo de opinión lo llevan al extinto “El Nayar”; posteriormente al revivir el diario como “Meridiano” es uno de sus columnistas principales. El gobierno de Celso Delgado y las organizaciones de periodistas le entregan el Premio Estatal de Periodismo 1993 en la modalidad de “Crónica”. Hace treinta y cinco años nace el periódico regional “Avance” y desde entonces es miembro de su página editorial como analista político. Pionero en Nayarit de periodismo en Internet, publica una página en la web “Crónicas del Sexenio”; se muda un par de años a Nuevo Vallarta y publica en los periódicos “Vallarta Opina” y “Nayarit Opina”. De regreso a Tepic incursiona en la Televisión pública como analista político. Establece una Consultoría Jurídica-Política y retoma el espacio en Internet, como periodista de opinión y reportero entrevistador.