Invitado ex profeso, asisto este viernes 15 de julio, a la sesión del Consejo General Universitario; órgano de poder y deliberativo de la Universidad Autónoma de Nayarit; luego de los asuntos del orden del día, entre los que destaca la propuesta del rector Jorge Ignacio Peña González, para que se le otorgue al ex rector Javier Germán Jiménez, el doctorado “Honoris Causa”, que tiene la aprobación unánime.
Llegó el informe del responsable de las finanzas de la rectoría, en algunos rostros de los presentes, se aprecia el pasmo, el estupor al escuchar las cifras millonarias del déficit financiero que hereda esta administración de la universidad de todos los nayaritas. Y el rubro espantoso del adeudo al SAT por las retenciones del ISR.
En el campus, lo hemos dicho en este espacio, todos sus protagonistas se conocen; las luchas internas por el poder y la administración de la UAN, tienen un espacio perfectamente delimitado; por ende, todos sus actores están obligados a ponerle seso a sus lances para mantener los equilibrios y la existencia misma de la cotidianidad de esta institución.
Al poner en conocimiento público el déficit financiero, que fue un reclamo permanente de todos los aspirantes a rector en la pasada contienda, para algunos, lo que seguía era sacar los nombres de los responsables y pasarlos a la picota del descrédito, de la imputación, de la condena generalizada.
Pero tal cosa no sucedió, ni estimo que suceda; sería la salida fácil y eludir la responsabilidad del delicado momento, para quizás dedicarse a administrar la desgracia y las divisiones rijosas que pudiesen surgir si se tomase el camino del ajuste de cuentas con el pasado inmediato.
De inmediato, sin anuncio previo, Jorge Ignacio Peña, se levanta y se dirige el atril, donde con un talante serio, con su rostro sereno, con voz clara y convincente se dirige a los universitarios:
“Seré muy claro con la comunidad universitaria y la sociedad nayarita a la que nos debemos, en cuatro aspectos…”
Sin adjetivos, reconoce que la Universidad Autónoma de Nayarit se encuentra en una grave crisis financiera.
Ante esta crisis, asume el compromiso ineludible para el ordenamiento del gasto de los recursos disponibles, para garantizar, el cumplimiento de las responsabilidades patronales con el personal docente y administrativo en cuanto a salarios, impuestos y prestaciones.
Anuncia las medidas iniciales que tomará para la solución de esta problemática:
-Auditoría a las finanzas universitarias por parte de la Auditoría Superior de la Federación, auditoría al Fondo de Pensiones y Jubilaciones, una pieza clave, para clarificar el panorama.
-Un estricto programa de reordenamiento, austeridad y transparencia del gasto, que incluye el cierre de oficinas de áreas no sustanciales para la vida universitaria, recorte del gasto por uso de vehículos y líneas telefónicas oficiales, disminución de viáticos, gastos de representación y suspensión definitiva de eventos y membresías que no se relacionan con el cumplimiento de las finalidades académicas, de investigación, formación y vinculación universitarias.
-Revisión de las nóminas de todas las unidades académicas y departamentos administrativos, así como de las cargas horarias y cargas de trabajo.
-La búsqueda de fondos extraordinarios que les ayuden a hacer frente a esta crisis financiera de la Universidad.
-El compromiso de hacer del conocimiento público lo que se derive de los resultados de las auditorías y la revisión de la nómina.
Con énfasis, el rector Peña pide no propiciar desde el desconocimiento y la desinformación, el rumor o las posturas catastrofistas; solicita difundir con información clara y oportuna, lo que sólo un sistema de transparencia y rendición de cuentas propicia, al que se ha comprometido, puede garantizar.
Hace una breve pausa en su discurso y termina sin exaltaciones, pero con firmeza y convencimiento:
“La Universidad no se detiene y no se detendrá.., no nos vamos a derrumbar pero los necesitamos a todos y a todas; demostraremos que podemos librar esta y otras dificultades. Vamos juntos por lo Nuestro a lo Universal.”
Un inteligente lance al interior del crisol universitario, que le otorga al rector Jorge Ignacio Peña, una ampliación para su capacidad de maniobra; y a la vez un fortalecimiento de su legitimidad al demostrar que sus propuestas, se van cumpliendo en tiempo y forma, sin que este proceso se troque en un tribunal de Torquemada.
Aprecio el talento del rector, el timming que le ha impuesto al reto de mayor impacto en la comunidad universitaria; los controles y el cumplimiento de la política de austeridad y transparencia lo está acreditando; el otro reto es, que las dirigencias de las organizaciones corporativas, entiendan y actúen en consonancia a las líneas generales de esta reconstrucción de la UAN; y de pasadita sepan que por lo que se está haciendo, el rectorado de Jorge Ignacio Peña no será rehén de los emisarios del pasado.
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