EMOTIVO DISCURSO DE PEDRO ANTONIO

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En esta ocasión, la celebración de los honores a los símbolos patrios que ha instituído el poder judicial, tenía un especial motivo de expectación, el orador oficial sería el presidente del CEJ y del TSJ el magistrado Pedro Antonio Enríquez Soto, quién solicitó disertar ante la mayoría de los jueces de primera instancia y algunos de sus pares, dado que algunos magistrados integrantes de ambos colegiados, no les pareció importante asistir a escuchar el mensaje público final de quién aún preside el poder judicial.

El togado y doctor en derecho tiene una sólida cultura jurídica, su especialidad en derecho constitucional le ha generado reconocimientos en instituciones de educación superior, de facto es catedrático de doctorados en prestigiadas universidades del centro de la república; empero, al realizar sus argumentaciones de cara a sus pares y ante jueces, en unión de los dirigentes sindicales de estas organizaciones del este poder, así como empleados administrativos, el énfasis de su discurso fue su personal interpretación de la función jurisdiccional y el constructo de lo que hoy ello significa en una sociedad que tiene dinámicos cambios como la nuestra.

Dijo que vino a darle gracias

«Y lo hago justo en el mes, que corresponde dar Gracias, si, dar gracias a cada una y cada uno de ustedes, que han hecho posible esta Presidencia de ocho años.  En la que hemos transitado con aciertos, errores y retos por enfrentar todos los días.

Somos parte de una institución con tradición, formada con mujeres y hombres que desde 1917 en sus diversas generaciones han logrado que el Poder Judicial sea una institución fuerte. Desde de Don Alfredo Narváez, primer Presidente y la primera jueza Doña Rosa María Jiménez Partida, hasta llegar  al 76% de mujeres y por primera la vez la presencia de 3 mujeres magistradas, que con sus jueces y magistrados y personal todo, formamos lo que hoy es el Poder Judicial».

Señaló que la sociedad puede confiar en sus jueces, dado que fueron calificados con los más altos estándares por diversas instituciones, calificadoras de su competitividad y generadoras de confianza en los justiciables:

«nuestros jueces han obtenido por parte de las calificadoras externas como el Consejo Coordinador Financiero, el Instituto Mexicano de la Competitividad, INEGI,  la UT Nayarit o México Evalúa, si esas calificadoras que no están vinculadas a los intereses locales y políticos, han reiterado a los jueces nayaritas las mas altas calificaciones en confianza».

Señaló los cambios trascendentes que se realizaron en sus dos periodos como presidente del poder judicial:

«Hace 8 años, éramos otro Poder Judicial, con sus propias circunstancias y retos, sin cobertura de conexión de internet, sin apertura a la sociedad, con procedimiento esencialmente escritos, con menos competencias y facultades jurisdiccionales.

Hemos sido testigos en esta etapa y personalmente he visto, el trabajo inspirador de mujeres y hombres, jueces, magistrados, y personal todo, protegiendo al desvalido, con su trabajo han permitido a cientos de familias recobrar la paz, ordenando el reencuentro de niñas y niños con sus padres, o permitiendo que algunos de ellos encuentren una familia, haciendo que las victimas del delito reciban justicia, protegiendo el patrimonio de las personas y protegiendo la dignidad y el honor de las personas».

Y enfático, con la voz ya impostada, con emoción dijo:

«También en 8 años hemos enfrentado problemas, amenazas, intentos por socavar la independencia y libertades judiciales. La política sigue siendo un instrumento para el bienestar colectivo, pero al mismo tiempo dicho instrumento no esta exento de perversiones si se usa para buscar obtener la aclamación de las masas por encima del derecho.

No Señores!!

Los jueces no actuamos bajo la premisa del argumento “ad populum” no buscamos el aplauso social, nuestra tarea es resolver en derecho protegiendo las reglas esenciales del proceso, se trate de quien se trate.»

Y mandó un sutil mensaje al poder político:

«Debemos recordar que la legitimidad democrática otorgada al poder político en las urnas, es transitorio y efímero, la responsabilidad en su detentación radica en comprometerse con el fortalecimiento de las instituciones para hacerlas mas útiles  al servicio de los ciudadanos.

La democracia se sustenta en el consenso, pero se fortalece con el respeto al disenso y los conflictos se dirimen en la única forma civilizada que la sociedad moderna  ha diseñado, en la cancha de los jueces.

Por ello, garantizar la democracia, exige fortalecer la jurisdicción, en sus presupuestos, en facultades constitucionales plenas, para que siga siendo el espacio natural donde el conflicto encuentra una solución pacifica y  en derecho».

Y calificó la tesis aspiracional a la que debe ceñirse el juzgador:

«Entendemos también, que la misión otorgada al Poder Judicial, desde los inicios del estado constitucional, obliga a sus operadores, ejercer la función de juzgar, una actuación honesta, ética, comprometida con el bienestar de la gente, respetuosa de sus derechos y libre de toda sospecha distinta a la controversia y a la ley».

Un prolijo documento, muy sentido, dicho imo in corpore por Pedro Antonio Enríquez, quien emocionado no dudo en afirmar que

«Reconocemos también, que la democracia ha liberado para bien, el escrutinio permanente del ciudadano hacia su gobierno y sus gobernantes. Las redes sociales han abierto democráticamente, como nunca en la historia de la humanidad, la posibilidad de dar voz a todos sin distingo.  Y por dolorosos o incómodos que puedan parecer los señalamientos, con frecuencia de posteos sin  rostro, muestran el sentimiento de hartazgo, injusticia y oprobios sociales, que claman por una mejor justicia, un mejor gobierno y una mejor sociedad.

En el Poder Judicial, creemos en la democracia, creemos en la justicia, reconocemos también nuestras limitaciones, desatinos o errores, pero siempre miramos al frente para reconducir el camino.»

Analizó todos los tópicos que son la parte preocupante del poder judicial:

«Las reformas constitucionales en materia de justicia no terminan por agotarse, no hubo año en el que no enfrentáramos un nuevo reto, una nueva competencia, nuevas cosas por hacer. Y lo mas complicado, con el mismo presupuesto.

Pero encontramos seres humanos, que creen fielmente en su trabajo, que están comprometidos con el quehacer jurisdiccional, gente que sabe en cada momento porque pertenece a esta gran institución, gente que vibra, comprometida, sabedora que su esfuerzo no representa el mero deber de cumplir una jornada laboral, sino que su trabajo sirve para transformar vidas.

Gracias a ustedes, es una realidad, la justicia oral mercantil, la mediación, el sistema de ejecución de sanciones penales, la justicia para adolescentes, el nuevo sistema de justicia penal,  el centro de convivencia familiar y desde luego la justicia civil, familiar  mercantil y penal.

Por ello mi reconocimiento a Ustedes, al personal manual, administrativo y jurisdiccional, porque son Ustedes quienes lo han hecho.»

Son duda un discurso para releerse no solo al interior del poder judicial, sino en los meandros del poder político, un último llamado del magistrado presidente a la dignificación del poder judicial, de cara a sus ingentes retos; preciso leer entre líneas..

Agradeció el respaldo los servidores judiciales que creen firmemente en su trabajo, comprometidos con el quehacer jurisdiccional en favor de los justiciables, en el afán de no solamente cumplir su jornada laboral, sino además enaltecer la justicia oral mercantil,  la mediación, el sistema de ejecución de sanciones penales, la justicia para adolescentes, el nuevo sistema de justicia penal, la función del centro de convivencia familiar y a su vez los servicios de justicia penal tradicional, civil y familiar.

Añadió que en los próximos días el Pleno del Tribunal Superior de Justica decidirá su nuevo rumbo “y estoy seguro de que las y los magistrados asumirán esta decisión con base en el respeto y el diálogo, considerando el interés supremo del bien colectivo”.

Excelente cierre de este ciclo en el poder judicial de Nayarit.

 

 

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Incursiona en géneros periodísticos, hace reportajes e investigación; es abogado, en “La Voz de Nayarit” como analista político. Los avatares del periodismo de opinión lo llevan al extinto “El Nayar”; posteriormente al revivir el diario como “Meridiano” es uno de sus columnistas principales. El gobierno de Celso Delgado y las organizaciones de periodistas le entregan el Premio Estatal de Periodismo 1993 en la modalidad de “Crónica”. Hace treinta y cinco años nace el periódico regional “Avance” y desde entonces es miembro de su página editorial como analista político. Pionero en Nayarit de periodismo en Internet, publica una página en la web “Crónicas del Sexenio”; se muda un par de años a Nuevo Vallarta y publica en los periódicos “Vallarta Opina” y “Nayarit Opina”. De regreso a Tepic incursiona en la Televisión pública como analista político. Establece una Consultoría Jurídica-Política y retoma el espacio en Internet, como periodista de opinión y reportero entrevistador.