A partir de mañana, el Partido Acción Nacional, deberá de llevar a cabo su proceso de renovación de la dirigencia estatal; con tan singulares reglamentos internos y con eso que entre ellos llaman sus “usos y costumbres” al parecer en esta contienda que se avecina, no serán electa la fórmula mediante los delegados, sino que todo militante podrá ejercer directamente su voto a favor de sus candidatos.
No lo sabemos, esperemos que aparezca la convocatoria; si es que no lo hicieron ya, mediante sus mecanismos internos.
Sin embargo, lo que subyace en esta elección no es simplemente un comité que sustituya a Ramón Cambero, el Lobo y sus secuaces que han tenido en un puño a este partido, gozando de sus prerrogativas electorales e incumpliendo con los fines sustantivos que como partido está obligado tal cual se lo establecen las normas que regulan la existencia de estas instituciones que son, de interés público.
Lo que en realidad se pelea, es el instrumento definitorio para las nominaciones a las candidaturas electorales del próximo año; la renovación constitucional de gobernador, alcaldes y diputados; las dos corrientes –o facciones- son Polo Domínguez y sus aliados perredianos, y Cambero como instrumentos de los Echevarría García; quienes en lugar de seguir la recomendable estrategia de unirse, formar un adecuado bloque de oposición al gobierno y su partido, se han dedicado a descalificarse mutuamente.
Un factor que emergió de manera natural y que necesariamente debió de haberse tomado en cuenta, es la presencia de la diputada Ivideliza Reyes, quien de manera inteligente todo este tiempo, luego de su ascenso al congreso local, se dedicó a mantener su estructura de tierra, en pos del necesario proselitismo que se requiere para ir por la dirigencia de su partido.
La legisladora, está apaciguando sus demonios internos, y según los últimos mensajes que conocemos, pareciera que se unió al equipo de Polo Domínguez; quienes somos testigos beligerantes del acontecer socio político local, veremos con interés el cómo quedan los liderazgos panistas, luego de su proceso interno.
Y si como estiman algunos miembros de su nomenclatura, el desencuentro estará de pronóstico, y tendrán que pasar meses para medio sanar sus diferencias y llegar con sus simpatizantes como una opción electoral válida.
Lo recomendable sería que los políticos –del Pan- opositores que buscan ser gobierno el próximo sexenio, tuvieran altura de miras, fuesen generosos entre sí, para armonizar la alianza deseable con los perredianos que andan igual o peor que ellos, como siempre divididos internamente en la permanente lucha por la talega.
Este proceso llama la atención de algunos operadores del bloque del poder actual, que se preparan para intervenir con sus propias huestes y ahondar las diferencias internas, en la obviedad de que las fracturas sean permanentes y al esperada alianza opositora no tenga la fortaleza debida, que es cuando le pueden ganar al Pri, aliados, bien articulados y con mínimos diferendos internos para hacer viable la opción opositora.
En fin, veremos de qué pasta están hechos los panistas, cada corriente con sus servidumbres, flagelos e incongruencias…
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