Son propios los días decembrinos, en los funcionarios públicos surgen deseos, ambiciones, benevolencias; días para unos de guardar y para otros de salir, liberarse las cadenas de la prudencia y de la humildad; y el acontecimiento político del fin de semana pasada, lo fue, la fiesta que organizó pródigamente el fiscal de hierro para toda la prensa de la entidad.
En efecto, al conjuro del nombre de Edgar Veytia, vinieron de todos los municipios los cofrades de los medios; pocos los empresarios, la mayoría aquellos compañeros que están diariamente ante un micrófono, los que publican sus gacetas y medios modestos para hacerse oír, en la machacona permanencia de que este, el periodismo, es el mejor oficio del mundo.
El lugar que escogieron fue insuficiente para albergar a toda la raza brava; a la dilecta jefa de prensa de la fiscalía se le vino el mundo encima, los meseros eran insuficientes, y fue singular ver a los rudos hombres, integrantes de la guardia de corps del fiscal, atender a los invitados, llevándoles la cerveza o el trago que demandaban; se sabían agasajados y se dieron gusto.
La carnada del evento, además de convivir y la sesión de fotos con el güero Veytia, fue la calidad y la cantidad de regalos que ahí se rifaron, y los agudos periodistas se percataron de inmediato; ante el pinchurriento desayuno que ofreció Roberto Sandoval a los mismos periodistas, el chingadazo con guante blanco del fiscal era evidente; una comida decente, buena birria, acompañada de sopa y excelente guiso de frijoles, los platos que quisieran repetir y, la bebida a pasto; nada comparado con la mala y mal preparada comida del Real.
Trago, comida y música; el ambiente estaba preparado, Edgar, con esa oratoria sencilla que tiene, saludó a sus invitados, siguió el método que sabe funciona, menciona la hombrada que hizo para el gobierno de Sandoval, «logros que nadie discute» y dijo con un lenguaje que pretendió ser cifrado que, «los necesito, vamos a transitar nuevos caminos y espero contar con ustedes…, no me dejen de su mano…, los voy anecesitar..!» palabras mas, palabras menos; ahí quedó el testimonio en las decenas de celulares que grabaron las palabras del fiscal.
Ante la andanada de cambios, que frenéticamente está desarrollando el gobernante, uno se pregunta ¿quién caraxxos le dice palabras dulces al fiscal de hierro..? sabe perfectamente que su mejor activo es estar al frente de la fiscalía, sabe del dominio que tiene sobre el poder judicial, sobre todo ahora con la vigencia del nuevo sistema de justicia penal; empero, pareciera que con la reforma constitucional, que trae gobernador y diputados de cuatro años, se le alarga el escenario, le quedará un año libre en el final del próximo gobierno, si cumple el término para el que fue designado.
O este lance, ¿solo es para aumentar la especulación y meterle ruido a las definiciones de su partido y obtener algunas tajadas del exigüo pastel que ya está repartiendo Roberto de manera inopinada, antes de la llegada del candidato del tricolor..? en el reparto de magistraturas y posiciones en entidades para estatales, al fiscal de hierro, se le ha marginado, solo una de sus propuestas ha funcionado.
Conociendo el talante del güero, me atrevo a señalar que ante la precaria presencia de tanto cabrón aspirante, es absolutamente veraz aquella afirmación que hace semanas me dijo en su despacho: «mira Luis Ignacio (al desenfundar su pistola y dejarla en el escritorio) va llegar el día en que me tenga que quitar la pistola, y demostrarles que yo sí se resolver los problemas de Nayarit…, vas a verlo…!»
Es posible que si Edgar Veytia se retira antes de que fenezca el lapso de su mandato, se le pueda descomponer el panorama de la delincuencia que está acotada y controlada al gobernador, y en plena campaña electoral; políticamente sería inadecuado, factor que incidiría en el resultado de los comicios sin duda.
Hace ocho años, cuando entró a la administración pública, como titular de seguridad municipal, era un simple y exitoso concesionario de transporte del servicio público; hoy, es licenciado en derecho, Notario Público con sede en Bahía de Banderas, y nadie le quitará ese blasón de haber pacificado a sangre y fuego la entidad que el sátrapa anterior entregó a la delincuencia; ¿hacia dónde dirige sus ambiciones personales..? como vemos, el poder es seductor y enajenante, ojalá que este autodestape del fiscal, quede en una sola expresión de su astucia política, para seguir obteniendo gananciales…
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