Por Luis Ignacio Palacios
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Se impone que funcionen adecuadamente
- Primer instrumento de fiscalización
Conforme a los reglamentos de los ayuntamientos y a la Ley de Responsabilidades de los Servidores Públicos, las contralorías municipales que están en todo organigrama del cuerpo de servidores públicos de los municipios, son órganos que se encargan de realizar funciones de control y evaluación en el ámbito municipal, como recibir y tramitar quejas y denuncias, fiscalizar el ingreso y gasto público; y coordinar auditorías financieras y operativas.
En los Ayuntamientos de Nayarit, desde hace lustros, si los titulares de estas dependencias hicieran su trabajo, se hubieran evitado las grandes corruptelas que los presidentes municipales cometen, ya que desde que llegan al poder se trocan en verdaderos rapaces de los recursos públicos que están a su cargo.
El procedimiento es sencillo, y debería de ser un trabajo importante de los regidores o del propio síndico municipal el ir a la Contraloría Interna Municipal porque es el área responsable de recibir y tramitar las quejas y denuncias en términos de la Ley de Responsabilidades de los Servidores Públicos del Estado y Municipios de Nayarit.
Pero un manto de complicidades internas prevalece en los cabildos, es el juego de los espejos ocultos en el cual cada uno de los funcionarios calla y es cómplice de las corrupciones mientras se beneficia de una u otra forma. Es una ofensa que municipios con tan exigüos presupuesto tienen a regidores con sueldos superiores a los cien mil pesos mensuales.
La contraloría municipal es un órgano de control institucional. Su función es la de vigilar que los servidores públicos observen la ley en el desempeño de sus atribuciones. Debe asimismo evaluar que los planes, programas, proyectos y demás compromisos y propósitos institucionales fijados por la administración pública se cumplan a cabalidad.
Así también debe velar por el buen uso y aprovechamiento del patrimonio y la hacienda públicos en beneficio del interés colectivo. Y como fin ulterior, ha de fomentar la vocación y dignificación del servicio público, la cultura de la prevención, la transparencia y la rendición de cuentas, así como el combate a la corrupción.
De ahí que se impone revaluar las funciones del titular de esta dependencia para que no tenga compromisos inconfesables que le impidan o limiten cumplir adecuadamente con sus atribuciones.
Es mucho pedir..? desde luego que no, la sociedad exige que presidentes municipales los funcionarios del gabinete y regidores, cumplan puntual y pulcramente con sus responsabilidades. Ni más ni menos…
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