El día de ayer, en la prosecución de las actividades del seminario para conocer y divulgar el Código nacional de procedimientos penales; además de ver a su responsable operativo –el doctorado Julio César Romero- con su natural preocupación para que este tipo de eventos estén a la altura de la convocatoria, escuchamos la escenificación de una audiencia intermedia, que con entusiasmo protagonizaron dilectos jueces –varones, féminas- del poder judicial del Estado.
Se colgaron un tanto del tiempo, pero los ahí presentes –de nuevo el auditorio abarrotado- pudieron percatarse del grado de prolijidad que implica el desarrollo de este tipo de audiencias bajo el nuevo sistema de justicia penal adversarial; menos mal que el imputado les quedó a modo y no hubo incidentes ni tampoco objeciones cuando el juez de la audiencia incurrió en expresiones de prejuzgamiento sobre la presunta responsabilidad del imputado.
Un buen esfuerzo sin duda alguna; les faltan afinar algunos detalles de método y mejorar la gesticulación en sus expresiones orales.
La segunda parte de la jornada, estuvo a cargo del doctor en derecho Iván de la Garza, funcionario estrella de la Procuraduría general de justicia del Estado de Nuevo León; quien disertó sobre “las medidas alternas para la solución de conflictos” dando a conocer de manera didáctica tres tópicos del cómo se ha implementado el nuevo sistema en la norteña ciudad de Monterrey y en su entidad, en los prolegómenos de la judicialización de los hechos punibles.
En efecto, la PGJ de aquella entidad, para resolver la acumulación de denuncias, hizo una muy inteligente estructura operativa, desde el momento en que ocurre la noticia criminal, se pone en funcionamiento todo un aparato para su atención, se crearon para tal efecto, los centros de orientación y denuncia “CODE” que es, por decirlo de alguna manera, el primer piso en donde los afectados de hechos que son considerados como punibles asisten a poner sus denuncias y querellas.
Estos centros de mediación tienen como objetivo primordial que los asuntos de carácter penal puedan resolver el conflicto interpersonal que se deriva de su comisión, a través del diálogo y el mutuo acuerdo; que solo procede en los delitos culposos, aquellos de contenido patrimonial que se hayan cometido sin violencia y en los delitos dolosos cuya pena máxima no exceda de ocho años.
Este mecanismo tiene enormes ventajas para los justiciables, de entrada, con mayor rapidez se resuelve la consecuencia del delito, la reparación del daño; se evita que el conflicto dure en el tiempo, evitando el obvio desgaste emocional de las partes; y además, permite atender de manera personalizada las necesidades específicas de las partes.
EJEMPLO A SEGUIR
Todo el aparato que tiene la PGJ de Nuevo León, satisface la urgencia de los afectados por los hechos delictivos, al tener centros de orientación y denuncia, las unidades de investigación, la unidad de control de detenidos y los juzgados de control, hicieron un excelente mecanismo para establecer medidas expeditas por medio de las cuales le responden a la sociedad de una manera satisfactoria.
Desde luego, que no se trata de hacer cosa del derecho privado la reparación del daño, por aquello de su posible incumplimiento; en cada caso, siempre prevalece el interés superior del Estado, para imponerle los correctivos que sean menester a los imputados.
En toda la excelente exposición de de la Garza, subyace el cómo los Estados van a responder a la expectativa de implementar el NSJP y el CNPP, con especificación de cada una de las instancias de las fiscalías y sobre todo la capacitación de excelencia que deben tener los agentes del MP, los investigadores y los mediadores.
Ellos, al parecer en Nuevo León han cumplido la recomendación de todos los tratadistas del tema, que un número menor al 10 % hayan sido los casos que se van a juicio oral; así, cuando más del 90% de los hechos punibles se han resuelto mediante medidas alternas, restauradoras, el juicio abreviado o el ejercicio del principio de oportunidad por parte del agente del ministerio público que conoce de los casos, con la intervención del juez de control para legitimar adecuadamente los convenios.
Esta conferencia vino a ser oxígeno puro para aquellos pesimistas de que ven la implementación del nuevo sistema como algo ajeno a nuestra realidad y posibilidades, el mensaje subyacente estuvo más que claro; se puede lograr, sí, con una generación de abogados, investigadores, mediadores, sociólogos, criminólogos, absolutamente preparados, a nivel de excelencia; he ahí pues, dónde la puerca puede torcer el rabo.
Este nuevo edificio, esta nueva cultura solo admite la equidad del talento, de la capacitación profesional de deveras; además de una honorabilidad y probidad a prueba de cualquier ácido; sobre todo el político, tan recurrente en la cultura de los hombres públicos.
Enhorabuena por esta conferencia, bienvenido sea el ejemplo de lo que están haciendo en Nuevo León; esperemos que a nuestro nuevo amigo Iván, le hayan gustado los sopes de ostión y los camarones al coco que le recomendamos, y el magistrado que le atendió le haya prodigado las atenciones que se merece…
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