Iniciamos el 2015, con un dejo esperanzador en los meandros de nuestra sociedad, en el escenario mediático de nuestra aldeana comunidad; son varios los temas que durante las semanas finales del año que se fue, que nos reveló la fragilidad de nuestras instituciones y de sus hombres, yerros innecesarios en el círculo rojo del gobernante y un dejo de misterio en el grave incidente financiero que tuvo o tiene aún la Universidad Autónoma de Nayarit.
Por segunda ocasión, son las autoridades electorales quienes le propinan un revés político a Roberto Sandoval, que, si estudiamos la etiología de los casos, debieran ser innecesarios; empero, en el ejercicio del poder no existe el “hubiera”, y todo por que no tiene el gobernante con quién confrontar sus acciones trascendentes en los medios de comunicación.
Roberto es, un animal político en el sentido lato de la palabra y pesa más en su sique conductal, su pasión por la contienda partidaria, la propaganda y la publicidad política, que lo que debiera ser ahora su constante, la serenidad del gobernante, el generoso repartidor de bienes y deseos colectivos, bajo la óptica de que en su sitial, está por encima de los partidos políticos, incluyendo el suyo, cuya nomenclatura mantiene en un puño.
La suspensión del mensaje navideño por parte del INE, difuminado en todos los periódicos de alcance nacional, fue una expresión de que, iniciada la contienda por la renovación de congreso federal, nadie se salva, y pues, para aquellos que señalan que las emisiones del Canal 10 del sistema estatal, pocas gentes las ven; la unidad de monitoreo registró el promocional y conforme a la interpretación apriorística del mismo, le dieron baje.
¿Nadie de su equipo se ocupó en informarle de los nuevos extremos legales..? de esos pocos hombres que le acompañan en estos menesteres al gobernante, ninguno hizo su trabajo, y es apesumbrador el hecho, puesto que Roberto es un exitoso político, cuya vena promocional es permanente, no tiene obligación ni tiempo de visualizar los cambios normativos que regularán las elecciones federales.
Empero, con el regreso de la política, de cara al proceso electoral del año que inicia, Roberto Sandoval se debate entre dinamizar su quehacer partidario o recluirse como gobernante, circunstancia nada fácil, dada la precariedad manifiesta de todos sus hombres y mujeres que ha llevado a sitiales de proyección política para cubrir el expediente de los nombre previos a las candidaturas de su partido para la contienda en pos de los tres distritos electorales.
Ya está el gobernador en su segundo trieno, conminado en el contexto del Pri redivivo a construir escenarios adecuados para su propia sucesión y, en el margen de operación que le pueda prodigar el CEN del Pri, abrir el limitado abanico de sus amigos e incondicionales para promover al candidato a sucederle.
Que no se les olvide, los penosos incidentes de Roberto con las autoridades electorales federales, lo recluyen en la función de gobernante, y es menester identificar los roles, el líder político y partidario, del líder de todos los nayaritas como gobernador.
EN EL PODER LEGISLATIVO
Apenas logrando la mayoría simple, merced a las argucias (y dice mal pagadas) de Roberto Lomelí, el diputado presidente Jorge Humberto Segura, puede considerar que el primer periodo ordinario de sesiones de la legislatura que preside, en la nada fácil condición de ser parte integrante del gobierno consolidado de su amigo Roberto Sandoval, la pasó con dos que tres tragos amargos e incidentes nada agradables, pero la pasó, con manipulación mediática inclusive, pero al final lo que cuenta para los aciertos políticos es, que se sea funcional.
Ahí, donde las oposiciones unidas hacen trastabillar a los diputados tricolores, se ha dejado de lado, la imperiosa necesidad de prepararse para cumplir al menos, el decoroso papel, que les reclaman sus electores, los medios y, sobre todo quién ahí los puso; si hemos de entender –por extensión- las expresiones del gobernante sobre la conducción de sus diputados a la hora de la contienda en asuntos torales para la marcha del gobierno estatal, expresadas por dos de sus más cercanos colaboradores; entonces, el asunto está serio, Roberto trata de ser comprensivo de las debilidades de los suyos, pero se encabrona cuando existen justificadas razones para ello.
Y los diputados de su innegable marca, no han dado el estirón, porque al parecer no tienen las ganas, ni la vocación para entender que su falta de cultura, su impresentable comportamiento en la tribuna y las auto exhibidas que se dan en el trabajo de comisiones, les ha dimensionado un triste y feo posicionamiento con la sociedad y los medios.
En esa trémula condición están Gianni Ramírez, Carlos Carrillo, Jassive Durán, Candy Yescas, Héctor Santana, Sofía Bautista, por señalar a quienes de los diputados han ocupado la tribuna para exponer temas fútiles y muy malas defensas de las iniciativas del ejecutivo.
Poco o nada sirven las asesorías de Roberto Lomelí, de Juan Echeagaray, con la oratoria barata de Pavel Jarero, con los sofismas y lo sibilino de Ramón Cambero, exhiben su impreparación que se subsana con el odioso mayoriteo tricolor.
Son los claroscuros del congreso local y del ejecutivo.
En los poderes, de una u otra forma, se acredita el talante colectivo de nuestra sociedad. Digo…
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