Son varias y trascendentes las lecciones que nos deja la comparecencia del Lic. José Manuel Delgadillo, responsable por ministerio de ley de la Fiscalía General del Estado y del general Jorge Alonso Campos Huerta secretario de seguridad pública del gobierno estatal; ante los ubicuos diputados que nos acreditaron, que, en su mayoría no tienen ni la más remota idea de lo que son las políticas públicas sobre el fenómeno delincuencia que azota a México y a la entidad.
Y que éste, es multifactorial; pero sobre todas las cosas, los representantes populares con sus preguntas simples, chabacanas y provocadoras acreditaron no solo su falta de cultura política, sino su interpretación ingenua de la realidad que vivimos, al reducirse de manera maniquea a exigirle a los funcionarios estatales, lo que le corresponde a la competencia de la Procuraduría General de la República.
Y sí, otra vez el tufillo de estolidez y de enjuiciamiento pueril al gobierno que aún representan los funcionarios invitados que, con toda la urbanidad política de la cual carecen los diputados acudieron y con buen talante, hicieron el esfuerzo de contestar sus inopinadas preguntas.
José Manuel acreditó, su bonhomía, su talento y genuina capacidad profesional como el excelente abogado que es; un hombre modesto que tiene más de veinte años de experiencia en su trabajo en la procuración de justicia, como agente del ministerio público y ahora como director de investigación ministerial, y por azares del destino responsable de la Fiscalía General del Estado.
Fue prudente en sus respuestas, con tacto y buen método discursivo, con palabras sencillas les dijo a los diputados –varones y féminas- que la delincuencia es el fenómeno más denso y complicado que tiene Nayarit, y enfrentarlo no solo es responsabilidad de los funcionarios invitados, sino que es, también responsabilidad de ellos y de la sociedad.
El gobierno estatal tiene bajo su responsabilidad la competencia de conocer del narco menudeo; delincuencia organizada le corresponde a la PGR; la política de contención y combate que llevó a cabo este gobierno fue sin duda una política eficaz, pero sustituta de su primer responsable, el gobierno de la república, Veytia siempre imbricaba a las fuerzas federales al narrar los éxitos de haber pacificado la entidad.
Trató de ser didáctico ante la ignorancia y simplismo de diputad@s que hablaron de ausencia de programas para prevenir el feminicidio, figura típica que tiene muchas aristas desde el punto de vista de los factores que constituyen el delito; no todo homicidio de mujeres se puede catalogar de feminicidio; y menos es responsabilidad de la FGE su prevención, es un flagelo arraigado en nuestra sociedad, desde sus meandros del machismo que pervive en pleno siglo XXI.
LO QUE NO PREGUNTARON
Al irse por los trascendidos de lo que sucede al interior de la FGE, los diputados no preguntaron cuestiones elementales a Delgadillo; ¿acaso saben que sigue recibiendo su modesto salario de director de investigación ministerial..? que ya no tiene compensación, que no siempre tiene viáticos para sus viajes a la CdMx..?
Que no trae escolta, que no tiene chofer ni guardias en su casa.
Tan solo hay que verle el rostro de preocupación que trae para ver la magnitud de la responsabilidad social y política que tiene sobre sus hombros; con una administración acotada y que fueron cicateros para la generación de recursos destinados a la procuración y administración de justicia, hoy, ahí en el interior de la FGE y en la SSP se debate en un crisol candente la realidad inclemente de carecer de recursos públicos para enfrentar al fenómeno delincuencial.
Es de esperarse que al menos esta circunstancia haya sido del entendimiento de los diputados; y a la hora de programar recursos para el próximo ejercicio fiscal, respondan en consecuencia.
El diputado presidente, Polo Domínguez, bajo su singular óptica, dijo que las respuestas de Delgadillo fueron evasivas y otras con retórica; igual que sus pares evidenció –que no entendieron- que el fenómeno delincuencial es complejo y que lo que hacen en la FGE, no es bajar las manos, sino responder a la altura de las circunstancias, porque de lo contrario le dijo el letrado “esta situación ya nos hubiera rebasado..” Un bravo!! Bien merecido para José Manuel Delgadillo.
EL SIMBOLISMO DEL GENERAL
Jorge Alonso Campos Huerta, es un duro e inteligente militar que trató de ser condescendiente, ante las inconsecuencias ahí vertidas por los diputados, como buen masón, habló con simbolismos y dudo mucho que sus escuchas, hayan entendido el mensaje subyacente de sus palabras; fue ilustrativo y les dijo con peras y manzanas que parte del éxito para disminuir la delincuencia y llevarlos de nuevo a sus güetos, es, un problema de recursos para imponer la potestad del Estado.
“¿Es caro..? nó, es carísimo..!”
No vi las caras que pusieron los diputados cuando les informa que algunos polícias a su cargo ganan $2800 pesos quincenales; cuando la media nacional anda por encima de ocho mil; la realidad es tal cual y así la enfrentan.
Ojalá que con este ejercicio a nuestros representantes populares, se les haya educado y se percaten que, no es nada fácil -desde su curul, contestatarios y rijosos- desde la tribuna del congreso, meterse a los terrenos pantanosos de combatir la delincuencia en la entidad…
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