La sesión pública de ayer, de los diputados integrantes de la XXXI legislatura, transcurría de manera normal, la diligencia y eficacia del diputado Carlos Carrillo, presidente de la mesa directiva, dejaban constancia de su aplicación en el manejo de la dinámica de un proceso legislativo en donde lo sustantivo y fundamental ya había sido “planchado” en comisiones; se aprobaban la autorización al gobernador para donar por conducto del Cocyten un terreno a una singular asociación civil del DF; las reformas a los códigos sustantivos y adjetivos civiles.
Autorizaron también al diputado presidente de la comisión de gobierno a firmar un convenio junto a los otros poderes estatales con la Unicef, el fondo de la naciones unidas para la infancia; y eligieron a la mesa directiva que presidirá los trabajos del próximo mes, recayendo en los priístas Sofía Bautista y Martín Gonzalez la presidencia y vicepresidencia; la panista Felícitas Parra como suplente del segundo.
En los asuntos generales, el rijoso diputado Pavel Jarero, con su oratoria de barrio hizo un demagogo llamado a que sea el Congreso del Estado el garante y protector de los espacios públicos destinados al deporte y esparcimiento; contando con la magra presencia de unos cuantos estudiantes y algunos adultos, le prodigaron porras al referirse a la cancha del Ejido, cuya lucha por conservarla, dijo que encabezará.
El congreso para tales fines no tiene facultades ni atribuciones; dijo para sí el escribidor. Siguió una insustancial comparecencia de Luis Manuel Hernández parea apoyar tal desmesura.
Luego de una grilla interna en la fracción panista, su coordinador Ramón Cambero, sube a la tribuna para exhortar a los poderes estatal y del municipio de Tepic para que se pongan de acuerdo y acuerden la solución del paro de los polimunicipales de la ciudad capital; con un lenguaje sibilino el líder panista eludió la parte medular de conflicto y dejo el tema para que los espontáneos del Pri hicieran el ridículo.
Primero fue Sofía Bautista quién “para hechos” fue a tratar de decir que “ellos están ahí para apoyar a todos los deportistas en sus luchas para conservar sus espacios..” y palabras mas, palabras menos, se apreció un oportunismo incómodo, toda vez que su alocución, improvisada y a botepronto, no tuvo la coherencia ni el impacto que pretendió, disminuír la elocuencia de barrio con que emocionó a su porra el diputado rijoso.
DE PENA AJENA
El diputado Arturo Elenes, quien en su corta estadía en esta legislatura se ha distinguido de sus demás correligionarios del tricolor, en que ha armado una singular troupé de varias guapas chicas y rubicundos jóvenes, que son su staff de apoyo cuya única función se ha visto es el de tomarle fotografías en acciones trascendentes, subió a la tribuna “para hechos” y expuso una alocución de primera fila; sí, por qué en la segunda y en el sillerío del salón de sesiones, era prácticamente inaudible e inentendible lo que dijo.
En el arrebato de los priístas de minimizar la exaltación melodramática que le impone Pavel Jarero a sus alocuciones, tanto la próxima presidente de la mesa directiva como Elenes, dejaron constancia de su incapacidad orgánica para ser el contrapeso político en la tribuna, del rijoso perredista.
Empero, cuando uno piensa que ya era suficiente la exhibición de las limitaciones de los diputados del tricolor; de nueva cuenta en la tribuna el diputado Jarero, aprovechando la mustia exhortación que hizo Cambero a los poderes estatal y municipal de Tepic, para que se pusieran de acuerdo y resolvieran el paro de los policías municipales, la diputada Candy Yescas interrumpe la perorata del perredista quien admite una pregunta de la diputada tricolor.
Sin medir las consecuencias, la pregunta sobre el contexto del mando único y la policía Nayarit, así como la actual condición de los policías municipales, le dio al perredista la espléndida oportunidad para ponerles una zarandeada a los priístas y a su gobierno; el rostro de los diputados que integraban la mesa directiva evidenciaba desazón y pena ajena.
El escriba no pudo observar las reacciones del diputado presidente de la comisión de gobierno Jorge Segura, pastor de los priístas, quién seguramente deberá de tomar cartas del asunto y recomendarles a los entusiastas diputados de su fracción que antes de subir a la tribuna piensen lo que van a decir, midan las condiciones y el efecto que pretenden lograr, ante la andanada de la pirotecnia verbal de barrio que prodiga el rijoso diputado Pavel Jarero.
Resulta sorprendente, que tan solo este diputado de una minoría insumisa ponga en la picota del descrédito a la mayoría tricolor; los funcionarios de la Secretaría general, encabezados por Javier Rivera, azorados vieron el decurso de las intervenciones e impedidos para hacer algo al respecto, agachaban la cabeza con gestos de incredulidad y desaprobación de tan infantil e inconsecuente exhibición de sus precariedades políticas y discursivas de los diputados del tricolor.
Sí señor.! De pena ajena…
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