Hace muchos años, como treinta o más, un jefe de policía del Ayuntamiento de Tepic me decía, que a muchos varones, les daba vergüenza ir a denunciar la violencia que sus parejas cotidianamente les imponían; y es que, a contrario de lo que muchas ultra feministas creen, no son casos aislados, muchas mujeres de continuo les ponen sus chingas a sus maridos.
Desde luego, hoy desde el 2010, con la emergencia de la revolución delincuencial en nuestro país, una de sus variables, la violencia infinita que se les aplica a algunas mujeres, ha modificado nuestra visión de este delito proditorio y el Estado mexicano aún se debate en el cómo de su tipificación.
¿A que nos referimos..? a la violencia doméstica se puede definir como todo tipo de acción, actitud, uso de la fuerza física o de palabras para controlar a una persona, dentro de una relación afectiva. Hay violencia cuando se ataca la integridad emocional o espiritual de una persona. Ésta puede darse entre esposos, parejas de novios, de padres a hijos y de hijos a padres y es de tipo físico, emocional y sexual.
Estudios nos definen el abuso de algunas féminas como “cualquier clase de comportamiento utilizado por una persona para controlar a otra a través del miedo y la intimidación. Éste incluye el abuso emocional y sexual»
La hembra humana es muy inteligente, y a diferencia de la violencia física que hace el varón, y que generalmente involucra una descarga agresiva sobre la víctima, la que ejerce la mujer es una violencia emocional que no necesariamente requiere de acciones violentas. Una mujer puede rebajar y hacer sentir mal a su pareja con palabras, acciones y actitudes suaves, de doble sentido, sarcásticas y que hasta suenen cariñosas.
Un ejemplo es, el abuso verbal, que consiste en la ridiculización, desprecios e insultos como estrategia consciente o inconsciente para rebajar la autoestima de la víctima. Y además lo hacen, cuando el varón no puede defenderse, en eventos sociales cuando los convencionalismos sociales te imponen el ser políticamente correcto.
Es recurrente el abuso económico, en muchos casos la víctima trabaja y debe darle su cheque a la abusadora, quien es la que controla todo lo relacionado con el dinero en el hogar. Ella toma todas las decisiones sin darle cuentas a su cónyuge de lo que hace con el dinero.
Y además utilizan a los hijos para hacer que la otra persona se sienta culpable, convencen a los hijos de que su padre está mal, poniéndoles en su contra, lo cual le hace sentir culpable y responsable de la crianza y educación de los hijos. Si los hijos se portan mal, la culpa es siempre del padre.
Hoy que en el poder judicial hacen homenajes a las madres, y el magistrado presidente hace florilegio para las madres que ahí laboran, nada mal estaría que viera el cómo algunas de estas dilectas juzgadoras se han comportado con sus ex maridos y en qué rijosas condiciones les tienen sus pensiones..
Si la sociedad evoluciona, y ya se impone el 50% obligatorio en todo lo que signifique el empoderamiento de la mujer en la sociedad; nada mal estaría que revisáramos estas cuestiones de la violencia intrafamiliar cuyos agentes son…, precisamente las mujeres…
Digo…
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