· Error al erradicar privilegios
· Inusual medida impuesta a los docentes
Fue producto de la draconiana resolución de Miguel Ángel, de entre otras
medidas al inicio de su administración, a todos aquellos servidores públicos
del gobierno del Estado, se les prohibió que tuviesen dos trabajos, que se
refería sin duda de manera directa a todos aquellos que se encontraban
como catedráticos de la Universidad Autónoma de Nayarit.
Desde el poder a la rectora Norma Galván se le conminaba entre otras
medidas en acabar con los maestros “aviadores” y que los catedráticos
cumplieran a cabalidad su carga horaria; ¿el resultado..? un adocenamiento
en la impartición de clases; ya que, muchos catedráticos se vieron obligados
a renunciar puesto que el sueldo de la universidad que percibían escomplementario a sus ingresos como profesionales de derecho, de medicina
o de contaduría pública.
Si bien esta medida pretendía regularizar la presencia de catedráticos en las
aulas, aplicada con todo rigor trajo consigo un bumerang que impacta la
calidad académica de varias escuelas y facultades, ya que los viejos
maestros, acreditados como docentes capaces y de experiencia profesional,
al exigirles cumplir estrictamente con las horas de su carga horaria,
decidieron renunciar a la UAN, el salario que les daba la universidad, no se
compara con lo que ganan en el ejercicio de su profesión.
Medicina, Derecho, Odontología, Contaduría entre otras.
Y se dan casos insólitos como en la escuela de medicina, de inalterable
exigencia para evitar alumnos recomendados y catedráticos de excelencia
académica, hoy, tienen a técnicos en radiología de catedráticos de
medicina..!
Y que pasó con los médicos que renunciaron..?, hoy son maestros de la
escuela de medicina privada que existe en Tepic.
Y en la facultad de Derecho, los acreditados docentes que asistían como
catedráticos renunciaron a sus cátedras, imposible cumplir con las ocho
horas de su tiempo completo, y hoy tienen de maestros a jovencitos recién
graduados, puros feuanos que carecen de experiencia profesional para
cumplir medianamente como formadores de los futuros abogados, en su vida
han ganado un juicio o proyectado una demanda de interpretación difusa.
Ahí en derecho esta inusual demanda en la UAN, acabó con dinastías de
verdaderos abogados, como el de Ramón Torís, que dejó a su vástago en la
cátedra; la de los Anaya; los Herrera; la de mi gran amigo ido, Don Juan
Echeagaray Aguirre, que le siguió el talentoso Juan Antonio Echeagaray
Becerra, y ya jubilado, ahora el excelente Abogado Juan Antonio Echeagaray
Rivas, brillante litigante en Guadalajara Jalisco.
Por la renuncia de estos excelentes letrados, las nuevas generaciones nunca
recibirán el talento y la experiencia acumulada de verdaderos Abogados.
Todas las universidades de excelencia, en cualquier parte del mundo, tienen
como catedráticos a verdaderas vacas sagradas de la especialidad que
imparten; es normal que solo asistan dos o tres horas al día para impartir su
cátedra, así lo vivió el escriba en la Facultad de Derecho de la U de G.
La hermana del escriba, en el Royal Colegge University of London, donde
hizo su doctorado recibía clases de premios Nobel que solo asistían unas dos
o tres horas a la semana. Y en la UNAM, se recibe a verdaderos letrados,
profesionales acreditados en su materia, escritores, ministros de la SCJN,
funcionarios de alto nivel de la Banca, como conferenciantes y con unas
cuantas horas de clase.
Esta medida, que sin duda tuvo buenas intenciones en su origen, aplicada de
manera intransigente trajo consecuencias desastrosas para la calidad
académica de la UAN; se impone acuerdos flexibles en las dos instituciones,
en la UAN y en el gobierno del Estado, la gente capaz y perseverante que
busca completar sus ingresos no se dan en macetas; de ahí la precariedad
de las nuevos funcionarios que trajeron de otras latitudes.
Y que los docentes tengan la mínima calidad profesional para cumplir esa
inacabada y permanente exigencia en el campus, la excelencia académica.
Próxima entrega, el ¿qué hacer en la UAN..?
Contacto.- cronicaslip@gmail.com
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