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Singular comunidad contestataria
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Irrespeto del marco legal
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Rechazan inversiones del ejecutivo
Gracias a la división que prevalece al interior de los sucesores del ex gobernador Candelario Miramontes, la invasión de los terrenos en donde se encontraban los viejos estadios de beis-bol y de fut-bol y que de manera inopinada derrumbó en su sexenio de triste memoria el ex gobernador prófugo, se pudo llevar si problemas asentándose en la extensión del terreno del que fuera estadio de beis bol.
Invadieron una propiedad privada, ya que desde el momento en que desaparecieron los estadios dedicados a la actividad deportiva, se aplicaba de inmediato la cláusula de la donación que hiciera el entonces gobernador Miramontes, que tales terrenos se regresaban al patrimonio de los sucesores al cesar sus fines primigenios; es decir esos terrenos solo pueden ser destinados por el poder ejecutivo a las actividades deportivas.
Esa marihuanada grandilocuente de construir una “ciudad de las artes” nunca tuvo un funcionamiento como centro de cultura; las inacabadas construcciones que costaron una millonada del erario, estaban en su mayor parte abandonadas y eran refugio de gente en situación de calle, mal vivientes y tiradores-consumidores de droga.
Ahora que el gobierno de Miguel Ángel arriesga la construcción de una nueva versión del estadio de fut-bol, con un diseño modernista para aprovechar adecuadamente sus espacios, la sociedad recién conoce que existe un grupito de inconformes que se asumen para sí como usufructuarios de la cultura local; en su aldeana concepción de que los recursos del Estado que tiene como fin el estímulo y la masificación de la cultura en sus variadas expresiones, son solo de ellos.
El escriba desconoce si en ese grupo de contestatarios se encuentran los clásicos culturosos que desde hace lustros son los beneficiarios de las becas de Concaculta, de lo que fuera el Icanay y otras instituciones del gobierno de la república que sus recursos –que no son pocos- se aplican a unos cuantos en la entidad.
Estas protestas son de poco o nulo impacto social, la aldeana imaginación de sus protagonistas alcanzan sus contactos en las redes sociales; sus expresiones no son disruptivas de la política y la narrativa del gobierno del Estado, cuyo titular tiene bastantes focos de alerta que tienen que atender, so pena que se le descomponga la gobernabilidad en el último tramo de su sexenio.
Y desde luego que no, por estas lenes protestas, de ninguna manera podrían ser objeto de una carpeta de investigación de hechos punibles instrumentada desde la Fiscalía general del Estado; no lo hicieron cuando cometieron el delito de invadir una propiedad privada, menos ahora cuyas singulares acciones solo alcanzan a ser parte del pintoresquismo de lo que hoy es Nayarit.
Já.! La rebelión de los culturosos, a ver si no les quitan sus becas…
Contacto.- cronicaslip@gmail.com
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