La autopista Tepic-Compostela, anunciada en 2020 como una promesa de conectividad regional, está cerca de convertirse en uno de los proyectos de infraestructura más relevantes.
Su finalización, ahora proyectada para octubre próximo, representa un avance clave no sólo para la ingeniería carretera, sino para la vida diaria de miles de personas en Nayarit. Luego de años de anuncios, retrasos y ajustes, esta promesa se convertirá en realidad con beneficios tangibles: reducción de tiempos, impulso al turismo, dinamismo comercial y reconfiguración del mapa regional de movilidad.
Con 26 kilómetros de longitud y un avance físico que supera el 70 por ciento, la autopista enlazará Tepic con Compostela, integrándose además al corredor Jala-Bahía de Banderas-Puerto Vallarta. Actualmente, el trayecto entre la capital nayarita y Compostela toma alrededor de 50 minutos por carretera libre; el trayecto hasta Puerto Vallarta, por su parte, hace meses superaraba las tres horas. Con la nueva autopista, ese recorrido tomará aproximadamente 75 minutos a Puerto Vallarta y ahorrá a quienes van a Compostela 25 minutos en traslado sencillo, 50 en viaje redondo (SICT, 2025; Tribuna de la Bahía, 2025).
Esta obra forma parte de un sistema de conectividad que comenzó a desarrollarse en el sexenio de Enrique Peña Nieto con la construcción del tramo Jala-Compostela, inaugurado en 2017. La conexión con Tepic quedó pendiente hasta que en octubre de 2020, el presidente Andrés Manuel López Obrador anunció su incorporación al Plan Nacional de Infraestructura (Presidencia, 2020). En ese momento, se estimó una inversión inicial de 1,800 millones de pesos a través del FONADIN y con recursos mixtos (El Heraldo de México, 2024).
Las obras iniciaron formalmente en 2022 y desde entonces han enfrentado varios tropiezos, como siempre sucede en este tipo de obras. Uno de los principales ha sido el terreno montañoso de la Sierra de Vallejo, que exigió la construcción de 31 estructuras: 10 puentes, 19 cruces y dos pasos ferroviarios (SICT, 2025). En febrero de 2025 se informó sobre una falla geológica que obligó a rediseñar parte del trazado e incorporar un túnel falso, lo que derivó en una nueva postergación (Tribuna de la Bahía, 2025).
El terreno aportó su cuota de retrasos ambién; las lluvias también. A pesar de ello, el proyecto se mantuvo como prioritario. En agosto de 2024, el entonces presidente López Obrador anunció durante una visita a Nayarit que regresaría en septiembre para inaugurar la autopista. Sin embargo, la obra no estuvo lista y la administración federal saliente dejó pendiente su conclusión (Presidencia, 2024; Meridiano.mx, 2024b).
La nueva administración federal, encabezada por la presidenta Claudia Sheinbaum, mantuvo el compromiso. La semana recién concluida el secretario de Infraestructura y el director del Centro SICT-Nayarit realizaron una visita de supervisión donde confirmaron que el avance físico superaba el 70 %. También marcaron octubre como la nueva fecha estimada de entrega.
El impacto de esta autopista va más allá de la reducción en los tiempos de traslado. Según cifras oficiales, más de 800 mil personas se beneficiarán directa o indirectamente con su apertura. Se prevé que impulse el turismo regional, facilite el transporte de productos del campo y la industria, y permita a trabajadores desplazarse entre ciudades y zonas costeras sin necesidad de mudarse. Y mejorará el día a día de muchos compostelanos que laboran o estudian en Tepic. La vía también funcionará como enlace entre los aeropuertos de Tepic y Puerto Vallarta, fortaleciendo la conectividad aérea de la región.
Además, especialistas en infraestructura han subrayado que, más allá de lo económico, esta autopista representa una mejora importante en términos de seguridad vial. La carretera actual entre Tepic y Compostela es angosta y presenta muchas curvas, especialmente peligrosas durante la temporada de lluvias. La nueva vía contará con mejor señalización, acotamientos y condiciones técnicas que reducen considerablemente los riesgos (SICT, 2025).
La historia del proyecto ha estado marcada por expectativas, plazos que no se cumplieron y finalmente una nueva oportunidad para concluir. En junio de 2024, el entonces titular de la SICT anunció que la autopista estaría lista en septiembre. No se logró. La fecha se reprogramó primero a diciembre de ese año y ahora a octubre se perfila como la fecha definitiva.
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